La primera edición del Festival Internacional de Arte de Acción Territori culminó ayer por la tarde, tras una semana de actividades, con las performances simultáneas de veinte artistas en el aparcamiento del hipódromo de Sant Jordi. Esta obra conjunta final, 'XM2', contó con la participación de diez artistas de la Juan Gallery de Madrid y otros tantos participantes en el taller 'Cuerpos en acción. Workshop sobre lo performativo', que se ha desarrollado esta semana en Can Ventosa.

La directora del festival, Isa Sanz, destacó ayer el desarrollo de esta primera edición, sobre todo tras conseguir salir adelante con todos los obstáculos derivados de la crisis sanitaria del Covid-19. «Ha sido una locura de logística y de organización, sobre todo para adaptarse a los protocolos, y me costaba creer que no fuera a suceder alguna complicación durante esta semana después de las dificultades que ya había tenido anteriormente», subrayó.

De hecho, el Festival Internacional de Arte de Acción Territori ya estaba organizado antes de la crisis y su promoción se iba a poner en marcha justo cuando se decretó el estado de alarma. «Estoy encantada de que todo haya salido genial, porque hemos trabajado durante tanto tiempo con tantas dificultades e incertidumbres, que en muchos momentos pensaba que el festival tendría que cancelarse», recordaba la directora.

5

El aliento cálido de Ana Matey en Cala d'Hort

El aliento cálido de Ana Matey en Cala d'Hort.

Compromiso de los artistas

Sanz valoró especialmente el compromiso de los artistas participantes y el esfuerzo que han tenido que llevar a cabo para adaptar sus performances a los protocolos sanitarios. Pese a que la obligación de mantener las distancias de seguridad y el resto de medidas suponían una traba para el desarrollo habitual de las acciones, «porque el público debe estar sentado y mantener la frontalidad con el artista, sin contacto», estas restricciones también han aportado algunos matices al resultado final.

«Al tener toda la audiencia en sillas, dándoles el gel hidroalcohólico, eso en sí ya es como un pequeño teatrillo». Las dificultades para desplazarse imposibilitaron que llegara a la isla alguno de los artistas previstos, desde México, Chile o Lituania, pero o bien han participado a través de las charlas teóricas o de las proyecciones programadas en Can Jeroni ,o bien el festival cuenta con ellos para la edición del año que viene.

En el caso de la cancelación de Diana Soria en sa Sal Rossa, otra de las artistas participantes, Ana Matey, asumió el reto de preparar una segunda performance en el festival para suplir su ausencia. Matey, que formaba parte del programa del sábado, «investigó sobre la torre y preparó la pieza» que, el pasado lunes, daba el pistoletazo de salida al festival.

Isa Sanz confía en que la edición del año que viene ya podrá desarrollarse con total libertad de movimientos para la audiencia y artistas. La directora de Territori también quiso agradecer la implicación y colaboración del Consell, los ayuntamientos de Vila, Sant Josep y Santa Eulària, así como de las empresas locales patrocinadoras.