Un hecho marcó de forma definitiva la vida y la carrera artística de Rafael Sáinz Bujanda, Rafael Bujanda para el mundo del arte: el accidente que sufrió a los 20 años, que le sumió en coma y que hizo que cambiara la arquitectura por la pintura. Bujanda nació en Madrid el 22 de octubre de 1957 y siempre mantuvo su corazón en Santa Eulària, donde veraneaba desde niño, y falleció el pasado 14 de febrero a los 62 años.

Bujanda nació en el seno de una familia interesada por el arte y la cultura. Su abuelo, Rafael Sáinz de la Cuesta, conocido en Ibiza como 'es Banquer', fue corredor de Bolsa y amigo de artistas. Por la casa que construyó en Santa Eulària, 'Getsemaní', pasaron pintores y escritores y fue el que presentó al dibujante Antoni Marí Portmany al que fue su mecenas, el Marqués de Lozoya. Legó a la isla una gran colección de arqueología que hoy gestiona el Museo Monográfico des Puig des Molins. Su padre, Rafael Sáinz Fuertes, fue abogado y escritor y a su muerte, en 2004, dejó unas memorias, 'Crónicas de las vacaciones truncadas (Ibiza 1931-1960)', sobre su experiencia en la isla en la Guerra Civil y el franquismo, aún inéditas.

Así, el joven Rafael Bujanda comenzó sus estudios de Arquitectura en 1975, carrera en la que demostraba un gran talento para el dibujo, pero en junio de 1977, tras acabar el segundo curso, fue atropellado por un autobús en Madrid. El accidente le dejó en coma tras perder parte de la masa cerebral.

Tras su «estancia en la nada», como él la definía, abrió los ojos tres meses después con un mundo diferente por delante. Tenía que aprender de nuevo a hablar, a andar y a coordinar sus movimientos. En la cama del hospital una amiga, la artista Eva Alcaide, le hizo un retrato y despertó de nuevo su pasión por el dibujo. Como apenas podía mover los dedos, su amiga le enseñó una técnica con la que poder seguir dibujando, el puntillismo, desde entonces comenzó a crear dibujos y luego pinturas sin apenas mover los dedos, a golpes de muñeca. Mientras, proseguía su rosario de operaciones y logró recuperarse casi de forma total.

En los primeros 80 hizo sus primeras exposiciones en la Galería Alfredo de Santa Eulària. Una pintura realista y basada en los paisajes y la tradición ibicenca con la que obtuvo una gran repercusión. Bujanda, admirador de Velázquez, Sorolla y su maestro, Rogelio García Vázquez, comenzó una prometedora carrera artística, con exposiciones en la isla, en Madrid y otras ciudades españolasdurante la década de los 80.

El poeta Premio Nóbel Vicente Aleixandre, amigo de su familia, le remitió una nota tras su primera exposición en Madrid: «Querido Rafa: Enhorabuena por esa exposición individual que haces en plena juventud primera. Por lo que veo y leo tiene que ser preciosa. Me alegro mucho por tu arte actual y por todo lo que ofrece sobre el futuro de un artista. Siento no verla, pero te envío un abrazo de felicitación y me alegro contigo de esto que es ya en tu vida de pintor un acontecimiento. Conchita, mi hermana, también te felicita . Tu viejo amigo».

Pero fue en los 90 cuando llevó a cabo sus dos grandes proyectos artísticos, basados precisamente en el puntillismo: 'La calle de la vida' y 'El muro de la vida'. En ellos dejaba a personas de todo tipo crear durante unos minutos lo que quisieran poniendo líneas de puntos en un papel mientras él les hacía un pequeño retrato que firmaban. Entre ambos participaron unas 20.000 personas de España, Alemania, Estados Unidos -donde llevó su proyecto a Nueva York y Washington-, y también de Ibiza.

«Ha colaborado gente de todo tipo, actores, ministros, generales, hippies, periodistas, espías, camareros, amas de casa... La esencia del cuadro no es otra que simbolizar la mezcla de razas, culturas y posiciones», aseguró a Diario de Ibiza tras pasar por el colegio Joan XXIII de Vila y exponer una colección de 3.000 miniretratos en la sala de exposiciones de Santa Eulària. «Representa la igualdad, ya que absolutamente todos puntean de la misma forma, del más viejo al más joven», señaló.

Los beneficios que generaron estosproyectos y las ventas de los catálogos fueron entregados a diferentes ONG para fines solidarios.

En la isla fue miembro activo de diferentes asiociaciones artísticas, como Aavib -luego AVEF-. AMAE o el Art Club Ibiza, con el que participó en la Ruta del Arte, en la que los artistas abrían sus estudios al público, desde la primera edición.

En una de sus últimas exposiciones en la isla, en Can Botino, mezclaba el arte abstracto con el figurativo en cuadros en los que casas payesas aparecían entre masas de color. Pero su última aparición pública en la isla fue hace tres años, cuando cedió al Ayuntamiento de Santa Eulària la llamada 'Colección Bujanda', con 129 obras de diferentes estilos y de todos sus proyectos comunitarios, además de cuatro cuadros del pintor valenciano Amadeo Roca pertenecientes a su familia.

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