Más de una docena de personas esperan en el exterior de Can Ros a que el Museu Etnogràfic d'Eivissa abra sus puertas. La mayoría de ellas son del Imserso. A Feli Rodríguez, Fernando Blanco, Conchi Llanes y Alberto Muélledes, de Valladolid, un lugareño les ha recomendado la visita a la casa payesa del Puig de Missa, en Santa Eulària. Están expectantes. La directora del museo, Lina Sansano, les informa de que hasta las 12 (son las 11.30), hora en la que está prevista la inauguración de las tres nuevas exposiciones temporales, no podrán acceder al interior del inmueble. Para hacer más llevadera la espera, les recomienda que visiten entretanto la iglesia del Puig de Missa y el Centre d'Interpretació del Riu de Santa Eulària Can Planetes. Algunos siguen su consejo. Ana María Mira y su madre, Antonia Valera, turistas orensanas que también viajan con el Imserso, prefieren aguardar allí, sentadas al sol.

A las 12 horas, como estaba previsto, la consellera de Cultura, Sara Ramón, acompañada por el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, inaugura con unas breves palabras las tres nuevas muestras temporales del museo, 'Puget, nissaga d'artistes', 'Naus a l'horitzó...Corsaris a la mar! y 'Moble tradicional balear'. Las puertas de la casa se abren por fin y Can Ros se llena de vida.

Rosa Valverde, que ha acudido al evento junto a su bebé de seis meses, Marina, está impaciente por ver las novedades del museo. Esta profesora de primaria es una forofa de Can Ros. Siempre que puede, acude a las inauguraciones de las exposiciones temporales y visita esta casa payesa, al menos, dos veces al año. «Me encanta la cultura y creo que hay que formentarla en las escuelas», explica. Una de las primeras estancias que visita es la que alberga la muestra 'Naus a l'horitzó...Corsaris a la mar! «Esta exposición es increíble para trabajar la asignatura de historia con los alumnos», comenta convencida de que podrá sacar mucho partido a las tres nuevas exposiciones paras sus clases, que va a retomar en unos días, tras su baja por maternidad.

La comisaria de esta muestra, que es la conservadora del museo, Susana Cardona, señala la vitrina en la que aparecen expuestas varias armas de los siglos XVIII y XIX, « fusells y cutxorrillos», y en la que también se ha hecho una recreación de «las ampolles de foc, o granadas de mano, que usaban los corsarios». «Ésta fue la táctica que empleó el corsario ibicenco Antoni Riquer para abordar al bergantín 'Felicity'», explica.

Las armas pertenecen al fondo museográfico, al igual que la patente de corso original de 1827 que cuelga en una de las paredes.

La historia del 'Felicity', animada

Los gemelos Joel y Manel, de diez años, están viendo junto a su madre, Eva, el vídeo sobre los corsarios que se proyecta en la misma sala. El documental de animación, dirigido por Enrique Villalonga, creador de Filmótica, recrea de forma divertida y rigurosa uno de los episodios más conocidos de la historia pitiusa: el apresamiento del 'Felicity' por parte de Antoni Riquer. El bullicio que hay alrededor obliga a los niños a pegarse casi a la pantalla para escuchar bien al narrador de la aventura, Isidor Macabich, al que pone voz el actor Juanjo Torres.

Junto a ellos, observando satisfechos el resultado de este trabajo, están el compositor que ha puesto banda sonora a la batalla naval, Adolfo Villalonga, y Joanna Hruby, de Theatre of the Ancients, que se ha encargado de los títeres y las ilustraciones, que sustituyen en este cortometraje a actores y escenarios reales. «Hasta ahora solo había hecho teatro de títeres, es la primera vez que trabajo en cine. Ha sido una experiencia intensa y muy difícil y un gran aprendizaje tanto para mí como para Enrique», asegura la artista, que está en estos momentos junto al director y guionista de esta pieza de animación encargada por el Consell y Can Ros, que dura doce minutos. Villalonga señala que para hacer este trabajo se ha inspirado «un poco en el teatro de papel victoriano». El corto, protagonizado por tres títeres que representan a Riquer, al historiador Isidor Macabich y a Miquel Novelli, al mando del 'Felicity', está dirigido especialmente al público infantil y juvenil, como especifica Villalonga.

Interés por la obra de los Puget

En la sala contigua, más amplia y despejada de gente, están Encarna Ojeda y José Tallón. Esta pareja de Terrassa, turistas del Imserso, contemplan muy atentos el vídeo en el que se explica cómo funcionaba el trull para hacer aceite que forma parte de la exposición permanente de Can Ros. Es su tercera visita al museo, en las dos anteriores no tuvieron suerte y encontraron la instalación cerrada.

Sentadas junto a la pareja, están dos ibicencas que se han desplazado hasta el museo desde Sant Rafel, Carmen Prats y su hija Elena Morillo. Hacía años que no entraban en Can Ros y en esta ocasión han decidido visitarlo interesadas, sobre todo, por la muestra 'Puget, nissaga d'artistes', que ha comisariado Lina Sansano y que se ha organizado coincidiendo con el sesenta aniversario de la muerte del pintor Narcís Puget Viñas. El padre de Carmen Prats era amigo del hijo, Narcís Puget Riquer, y en la familia tienen un cuadro de Puget Viñas. Explican que han acudido al evento invitadas por una de las Puget, al igual que Paquita Torres, una santaeulaliense residente en Vila que hacía un año que no visitaba el Museu Etnogràfic, un lugar que le encanta por ser «único» y estar «muy bien conservado». «He venido invitada por Guillermina Puget porque he vivido en la casa que esta familia tenía en es Canar», señala.

Las obras de los Puget, padre e hijo, están expuestas en la entrada de Can Ros, a donde se dirige Paquita Torres, para admirar emocionada los óleos de Puget Viñas de la muestra. También hay dibujos y fotografías suyas y acuarelas del hijo, Puget Riquer.

En el piso superior del museo Emília Obiols y Pere Casals, de Barcelona, observan el dormitorio de la casa payesa. Es su segunda visita al Museu Etnogràfic. Estuvieron días antes y al enterarse que hoy inauguraban tres nuevas exposiciones no han querido perderse la cita. Tras ver el dormitorio, se dirigen a la habitación contigua, donde está la muestra del 'Moble tradicional balear', con objetos que ha cedido temporalmente el Museu d'Història de Manacor. Hay decenas de reproducciones en miniatura, no solo de muebles de Mallorca, sino también de otras procedencias. Es el caso de un par de cunas catalanas e inglesas que se exhiben en una de las vitrinas.

Para dar un toque local a la muestra, una parte del espacio está dedicado a herramientas y otros elementos pertenecientes a los hermanos Moreno, unos ebanistas muy célebres en Eivissa.

Por la puerta de Can Ros entran Juan Antonio Marí, su pareja, Carmen Riera, el hijo de ambos, Toniet, y dos amigos, Joan Ferrer y Pilar Valbuena, que residen en Vila. Se van directos hacia la cocina de la casa payesa. Marí ejerce de guía, es el que ha propuesto la visita junto a su mujer, ambos asiduos de este museo. Están interesados sobre todo en la exposición 'Naus a l'horitzó...Corsaris a la mar!', porque Juan Antonio Marí viene de familia de corsarios, según apunta orgulloso. Se nota que es un apasionado de Can Ros. «Es una oportunidad para que los niños aprendan y para que no olvidemos de dónde venimos», afirma.