En el municipio josepí se encuentran algunas esculturas públicas en rotondas, como la de los pajaritos en sa Carroca, el recuerdo a la casa de Ca na Palleva en Sant Jordi o el dolmen de Platja d'en Bossa. Pero en el núcleo urbano de Sant Josep, hasta ahora solo se contaba con la vieja campana que puede contemplarse en el porche de la iglesia.

Durante la presentación de la Geneta que ahora adorna la entrada del centro de salud del pueblo, el alcalde, Josep Marí Ribas, Agustinet, y el autor de la obra Jaume Marí Torres, que también es vecino de la localidad, caen en la cuenta de que también se ha convertido en la primera obra pública que luce en las calles del pueblo. Su presupuesto ha sido de 4.800 euros.

El alcalde precisa que el proyecto se inició durante el anterior mandato por parte de la exconcejala de Medio Ambiente Neus Marí, que está presente en el acto junto a una quincena de personas, la mayoría ediles del equipo de gobierno. El escultor precisa que su proyecto de final de estudios de Forja Artística tenía como intención crear una obra pública y presentó cuatro propuestas al Ayuntamiento, que acabó eligiendo la Geneta.

Se da la casualidad de que, entre las distintas ubicaciones, el artista no planteó la glorieta del centre de salud, en los límites del núcleo urbano, sino en «algún sitio más céntrico que no era el adecuado», admite. «Pero a nosotros nos pareció que estaría mejor aquí, cerca del bosque, porque así mantiene una conexión con la tierra», explica el alcalde.

Sin peana

Sin peana

El autor de la obra se muestra encantado del emplazamiento final de su escultura, directamente sobre la hierba. «Así se consigue una mayor naturalidad para la imagen que si se colocara encima de una peana, porque es como si la gineta estuviera paseando por aquí», valora.

Al igual que el resto de la obra que ha desarrollado en los últimos años, centrada en los animales, Marí busca crear un dibujo en el espacio, «generar la máxima expresión con muy poco material». «Es una obra muy ligera, con muchos vacíos que le dan este aspecto liviano, de suavidad y naturalidad a la pieza», añade.

La gineta se ha elaborado sin fragua, sino en forja en frío utilizando acero corten, un material que forma una oxidación exterior que sirve de capa protectora frente a la corrosión, «ideal para los exteriores». Además, el animal elegido también cuenta con una estrecha relación con Sant Josep, ya que sa Talaia es uno de sus hábitats.

«Podemos ver fácilmente erizos o mussols, pero una gineta es muy difícil, porque son animales muy esquivos y nocturnos», apunta el escultor. Sin embargo, él es uno de los afortunados que ha llegado a cruzarse con una gineta en sa Talaia.

«Se ha desarrollado una subespecie endémica aquí en Ibiza, la Genetta genetta ssp. isabelae», detalla el artista, que no oculta su satisfacción por contemplar su primera obra pública en su propio pueblo. La Geneta de Marí también ha nacido en Sant Josep, concretamente en su taller de Benimussa.