La XVI edición del Sant Antoni Rural pasará a la historia universal por incluir el primer Verro Kids, una prueba similar al Verro Olímpic (que ayer celebró su novena edición), pero adaptada a los críos de tres a 14 años (nacidos entre 2006 y 2017). La convocatoria fue un éxito, pues a pocas horas de ser anunciada ya se habían cubierto las 100 plazas previstas (más otras 10 por si alguno no se presentaba). (Mira aquí todas las fotos)

Distribuidos en diversas categorías según la edad, los primeros en saltar a la pista americana de pruebas fueron siete pequeños acompañados de sus padres. El recorrido inicial, de 300 metros, aumentó hasta los 900 (tres vueltas) que dieron los mayores. La prueba, aunque aparentemente sencilla, requería un importante desgaste físico, pues había que saltar o colarse entre ruedas de tractor, subir por balas de paja amontonadas, triscar entre troncos, arrastrarse bajo una red, meterse en un saco de algarrobas... Y todo ellos por un terreno embarrado y recién segado.

Muchos iban disfrazados. Todos recibieron «un pequeño detalle» y una medalla conmemorativos. Entre los más pequeños destacó Mario Gómez, que llegó a meta sobrado, a gran velocidad e incluso saludando con el pulgar a sus conocidos y familiares. Un «superverro», como lo calificó el speaker de la prueba.

Ya por la tarde tuvo lugar el mundialmente famoso Verro Olímpic, en el que participaron equipos formados por dos personas disfrazadas. El principal premio consistía en una invitación a un agroturismo, una cena, un trofeo y, lo más importante, una motosierra. «Al último se le dará un saco de patatas, por patata», contó, bromeando, Juan Antonio Prats, gerente de la Cooperativa de Sant Antoni.

Ellas 'can do it'. Como en cada Sant Antoni Rural, no faltaron a la cita Jerónima Bonafé, presidenta de Cooperativas Agroalimentarias de Balears, y Georgina Brunet, directora de Semilla (Servicio de Mejora Agraria balear), organismo de la conselleria balear de Agricultura que, a través el Instituto balear de la Mujer y con fondos del pacto estatal contra la violencia de género, ha elaborado dos campañas de sensibilización: «Una de ellas está encaminada a la visibilización de la mujer y a su empoderamiento, otra a la prevención de la violencia de género. Han participado diversas mujeres que trabajan en el campo, como una asalariada, una patrona de barco y diversas agricultoras». Entre ellas se encuentra la ibicenca Francisca Prats, que como las demás ha sido retratada en los carteles y en los vídeos como si fuera Rosie the riveter, Rosie la remachadora, la mujer que salía en un cartel propagandístico norteamericano de principios de los 40 (durante la Segunda Guerra Mundial) mostrando bíceps y que durante un tiempo se conoció como 'We can do it!'.

Brunet explicó que, paralelamente, desde la conselleria y junto a todas las organizaciones agrarias, se está elaborando el Plan de Igualdad del sector Primario de Balears: «Estamos en la fase de diagnóstico de la situación de la mujer en el sector agrario y pesquero. Ese diagnóstico fundamentará las acciones y medidas que se desarrollen en el plan».

«Está previsto que el diagnóstico esté acabado el 15 de marzo, si bien ya se están empezando a definir objetivos específicos y medidas», detalló la directora de Semilla: «Algunas medidas dependerán de la conselleria, otras de las propias organizaciones agrarias, como, por ejemplo, incrementar el número de mujeres en los consejos rectores de las cooperativas.

Ya saben, por ejemplo, que las titulares de explotaciones no suponen más que el 33% del total. El resto, 67%, son hombres. Pero peor es en el sector ganadero, donde ellas, aunque sí pueden, son sólo el 20% de las titulares, de media: «El lema es que en el sector primario, el papel de la mujer no es secundario. En él hay muchas mujeres que trabajan, pero que no son visibles, no constan».

A ellas, destaca Brunet, « les resulta muy difícil la conciliación familiar. Suelen soportar toda la carga. Y aunque ayudan en la explotación familiar, no están asalariadas o no son las titulares de esas explotaciones».

Francisca Prats, la Rosie the riveter ibicenca, decidió hace tres años abandonar su cómodo puesto de funcionaria en el Consell (mediante excedencia) y volcarse en los 1.200 metros cuadrados de su huerto, donde cultiva hortalizas: «Cuando contaba a la gente que iba a trabajar en el campo y dejar mi empleo fijo, me decían que estaba loca». Prats ha participado en la campaña para «dar visibilidad a la mujer, pues parece que sólo hay hombres agricultores». «Pero somos -añade- muchas las agricultoras». Cooperativista de Ecofeixes, cree que su nuevo empleo es «satisfactorio» y le ha dado «más calidad de vida». «No volvería atrás», asegura.

17% más de ventas. Las centenares de personas que acudieron a las olimpiadas 'vérricas' también pudieron conocer la nueva tienda de la Cooperativa, que permaneció abierta y en la que pueden comprar «tanto socios como cualquiera», insistió el gerente. Prats calculó que las ventas de la Cooperativa se incrementaron en 2019 un 17%, en parte impulsadas por este nuevo comercio, que cuenta con un rincón para productos delicatessen de Balears. Incluso tienen un amplio surtido de boinas, aunque Prats admite que ya son pocos las que las compran para otro uso que no sea el de disfraz.

El presidente del Consell, Vicent Marí, inauguró el Sant Antoni Rural con un discurso en el que conminó a comprar «productos locales, de kilómetro cero». Quizás la juventud se anime así a tomar el relevo de sus padres en el campo, donde, según Marí, «se puede vivir, y vivir bien».