Manuel Suárez inicia su charla en la biblioteca del IES Santa Maria proyectando una imagen en blanco y negro de una multitud que aclama a los soldados de un tanque. Destaca una pancarta que reza «los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras». Alguno de los alumnos de segundo de bachillerato aventura que se trata de una manifestación, pero el profesor e historiador mallorquín les explica que se trata de un grupo de españoles en el campo de concentración de Mauthausen.

Suárez les explica que 300 baleares residentes en Francia que se sumaron a la Resistencia acabaron en alguno de estos campos de la Alemania nazi, pero muchos otros acabaron allí presos después de cruzar los pirineos «para huir de la represión franquista». Recuerda el caso del anarcosindicalista ibicenco Llorenç Cobos Lluy, que fue confinado en siete centros diferentes.

A continuación, cambia de proyección y aparece un fondo con dos esvásticas y una persona uniformada que sostiene el retrato de Adolf Hitler ante un grupo de gente sonriente. Suárez aclara que se trata de Alfonso de Zayas, marqués y jefe de falange en Mallorca. Cambia la imagen por otra de una multitud en un acto de exaltación del Partido Nacional Socialista organizado por alemanes que residían en Mallorca tras el triunfo de Hitler.

Suárez prosigue su charla incidiendo en la relación entre franquismo y nazismo. «Todos identificamos a Hitler con el horror y la persona más tenebrosa que pueda existir, pero cuando se habla de Franco casi se le rinde honores», asegura el historiador mallorquín ante los estudiantes. Reafirma sus sentencias proyectando una foto del general Emilio Mola, cabecilla de «la rebelión contra el poder legalmente establecido tras la vitoria del Frente Popular». «Se tendrá en cuenta que la acción debe ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo», proclama la frase que aparece junto al general africanista, y «serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al movimiento, aplicándoles castigos ejemplares a dichos individuos para estrangular los movimientos de rebeldía o huelga».

Proseguirá con el general comandante Militar de Baleares durante la sublevación militar, Manuel Goded, a quien califica de «traidor» porque «juró lealtad a la república, pero declaró el estado de guerra». La frase que acompaña a Goded habla de «pasar por las armas a todo aquel que intente, en cualquier forma de obra o palabra, hacer la más mínima resistencia al Movimiento salvador de España.

Suárez concluye su turno recomendando a los alumnos que miren las películas 'Mientras dure la guerra' y 'La trinchera infinita' y da paso a Tomeu Garí, el otro historiador mallorquín que el día anterior participó en la sesión inaugural de las 'Jornadas de Estudios locales sobre memoria histórica', organizada por el Arxiu Històric del Ayuntamiento de Ibiza.

Garí comienza su intervención recordando que «un grupo de militares se levantó contra un gobierno legítimo» y que, pese a que en Ibiza triunfó el golpe de estado el 19 de julio, entre el 7 y 9 de agosto llegó a la isla «la columna de Alberto Bayo, que consigue recuperar la legitimidad». Detalla que, a pesar de que siempre se cita a Guernika como ejemplo de bombardeo sobre la población civil, Ibiza sufrió varios meses antes, el 13 de septiembre del 36, la muerte de unos sesenta vecinos de La Marina por la «aviación de Mussolini». También recuerda que, al día siguiente, «la represión republicana acabó con 90 personas».

El historiador mallorquín repasará cómo, tras la sublevación, se procederá a una «represión planificada» que en una primera fase, entre el 19 de julio y el 4 de septiembre del 36, se caracteriza por su voluntad de «ejemplaridad». «Los grupos de falangistas, guardias civiles y pelotones militares» secuestraban a las personas de las listas negras, las fusilaban y dejaban el cadáver a la vista para mostrar su poder y atemorizar al resto de la población. Se abría entonces un proceso judicial «que nunca acababa buscando a los culpables y se sobreseía», para después enterrar a las víctimas en cualquier hoyo de un cementerio, «tirados de cualquier manera y apelotonados como una lata de sardinas».

Garí repasa luego las actuaciones de excavación en fosas comunes que se han llevado a cabo en Balears desde 2016. Tras concluir, Suárez aprovecha para tomar la palabra y recomendar encarecidamente la lectura del capítulo del 'Holocausto Español' de Paul Preston dedicado a las titulares de los partidos políticos de derechas antes de la Guerra Civil y aprovecha para asegurar a los alumnos que es el mismo mensaje «que están lanzando en la actualidad».