«Afrontar el hecho de que nuestro hijo o hija es diferente a lo esperado no es fácil. El camino se complica con un mayor número de curvas, desniveles e imprevistos. Es un camino incierto por recorrer con una meta desconocida y lejana. La angustia, la incertidumbre y la impotencia muchas veces sobrepasan las fuerzas». Son las palabras con las que Carmen Boned, tesorera de la Asociación de Personas con Necesidades Especiales de Ibiza y Formentera (Apneef), abre el calendario de la asociación. (Mira aquí todas las imágenes del calendario)

El almanaque, que se ha convertido en una tradición, celebró ayer con una fiesta en Lío que hace diez años que Ricardo Urgell y Pacha decidieron asumir su coste y dar un paso más invitando a los famosos que visitan la isla a apoyar a los niños con alguna discapacidad. Este año, sin embargo, con motivo de ese décimo aniversario, el calendario (cuyo coste ha asumido ahora la Fundación Pacha) ha vuelto a sus orígenes y en él no aparecen rostros populares del arte, el deporte y la prensa del corazón sino personajes de la isla. Diseñadores, balladors, glossadors, empresarios, directores de cine, bailarines, artesanos, escritores, músicos... Todos ellos, además de los integrantes de la colla de Sant Rafel, acompañan a los niños y adolescentes de Apneef en las fotografías de los doce meses, pero todos ellos son de la isla. Rostros conocidos, pero de Ibiza. Entre ellos, Alba Pau, madrina del calendario y que por primera vez aparece en él sosteniendo en brazos a Aitana Doury, que también se estrenaba en semejante lid.

«Cada año es más fácil hacer las fotos», comentan desde la asociación. Esto se debe no sólo a que los fotógrafos Daniel Balda y María Sejas tienen experiencia «y saben manejar muy bien» a estos modelos tan especiales, sino también a que los protagonistas del calendario «tienen más experiencia y se concentran más».

Eso no significa que algunos no lleguen a las sesiones contentos, emocionados y nerviosos, dando palmas y saltos, como Pedro Martínez, uno de los protagonistas del mes de enero, que al llegar al lugar en el que se hacían las fotos cogió carrerilla para saludar a sus compañeros, o Víctor Scrollini, uno de los pequeños del mes de agosto, que no sólo daba saltos y palmas sino que no dudó en coger de la mano y llamar «abuelo» al artesano Antonio Boned. Otros, en cambio, no llegan nerviosos a su encuentro con los fotógrafos sino con las ideas muy claras. Es el caso de Ana García, toda una experta en fotos que sabe dónde y cómo ponerse para «salir guapa» y que no dejó que Balda y Seja dispararan sus cámaras hasta asegurarse de que ella y sus compañeros del mes de julio estaban perfectos. «Para los chicos es muy bueno sentirse importantes por un día y ser el centro de atención», comenta Boned, que destaca cómo los invitados a las sesiones consiguieron que los usuarios de la asociación se sintieran exactamente así: importantes. Es lo que sintió, de hecho, la pequeña Sofía, a la que los músicos de Aires Formenterencs le dejaron un tambor al ver que se había enamorado de la guitarra de la cantante María José Cardona y no había forma de separarla de ella.

Del calendario de 2020 se han editado 4.000 ejemplares, que desde ayer pueden encontrarse en la sede de la asociación (calle Sant Cristòfol de Vila) así como en librerías, tiendas de Pacha y algunos comercios de la isla. La mayoría de los protagonistas del almanaque no descubrieron cómo habían quedado sus fotografías hasta ayer por la noche, en la fiesta benéfica de Lío, a la que asistieron buena parte de ellos. «La gente de la isla es supersolidaria. Además, lo está esperando. Mucha gente nos llama y nos pregunta si ya tenemos listo el calendario del año que viene», comenta la presidenta de la asociación, Susi Fresneda.

El dinero recaudado tanto con el calendario como con la fiesta se destinará a mejorar la calidad de vida de los niños con discapacidad que atiende la asociación y la de sus familias. Buena parte de ello irá directamente a un nuevo proyecto «muy necesario» con el que la entidad está muy ilusionada: la posibilidad de habilitar un nuevo centro de atención en Santa Eulària para evitar que las setenta familias de la zona norte de la isla a las que prestan servicio tengan que perder hasta tres horas (entre el desplazamiento en coche y la sesión). Fresneda cruza los dedos para que todo salga. Prefiere no dar muchos más datos hasta que no esté todo más claro.

Para ello, sin embargo, hace falta una sociedad que les tienda la mano y les acompañe, como indica el texto de Boned que precede a las doce imágenes del calendario. Éste continúa: «Que nos acompañe. A veces desde el conocimiento: fisioterapeutas, psicólogos, logopedas, etcétera. Otras desde el cariño: familiares, compañeros, vecinos o amigos. También desde los entes públicos, ofreciendo los recursos necesarios para garantizar el mayor desarrollo posible y garantizar una buena calidad de vida a nuestros hijos e hijas». Ella misma recuerda lo «difícil» que es el camino que afrontan las familias de estos niños. También, matiza, «enriquecedor»: «Nos ayuda a descubrir lo que es verdaderamente importante en la vida, a valorar cada sonrisa de aliento, cada momento especial y cada pequeño logro. Donde descubres quiénes son los verdaderos amigos y puedes ver el alma de las personas por el trato que otorgan a nuestros hijos o hijas. Un mundo reservado sólo para valientes».