«Hemos gastado los suelos. Todo se centra en sacar el mayor número de kilos por hectárea. Tanto importa esto que los alimentos han perdido sus cualidades nutritivas. El tomate de ahora no tiene ni los antioxidantes, ni las vitamina C que tendría que tener», comentó Fina Prats, secretaria de la Asociació de Productors d'Agricultura Ecològica d'Eivissa i Formentera (Apaeef). Una realidad distópica que para Prats tiene una clara solución: la agricultura ecológica.

Y por primera vez en Ibiza esta respuesta a la sobreexplotación agrícola tuvo un espacio de presentación. Can Tomeu fue escenario ayer de la I Fireta Ecològica d'Eivissa, englobada dentro de las I Jornades d'Agricultura Ecològica d'Eivissa. «Hemos traído todo lo posible para que se entienda y conozca el producto. Es la única agricultura del presente y el futuro, ya que el modelo convencional tenemos que dejarlo lo más rápidamente posible si queremos un mundo en el que podamos vivir», explicó la secretaria de Apaeef.

Y parece que el público acudió a la llamada por un planeta más sostenible. Un goteo constante de personas recorrió los once puestos de la feria, donde pudieron observar, comprar y probar los productos de los agricultores y elaboradores presentes.

Un pequeño mercado en el que había hueco para patatas, berenjenas y otras hortalizas, pero también para pan o pimentón. En un estand, Laia mostraba sus ocho mezclas de infusiones. Esta agricultora aromática siembra las más de 30 variedades de plantas con las que hace los paquetes en una finca entre Sant Joan y Sant Miquel, cerca de Benirrás. «Es un trabajo un poco duro y para vivir de ello cuesta un poco», comentó Laia, que también afirma que cada vez se consume más producto ecológico en Eivissa, donde el número de hectáreas dedicadas a producirlo ha crecido un 15% en los últimos años.

660 hectáreas en la pitiusa mayor que para dar fruto también necesitan algún aliciente. El abono es uno de ellos, aunque en la I Fireta Ecològica d'Eivissa presentaron uno diferente a los industriales. Terrapi ofreció en la muestra un fertilizante ecológico, hecho de algas, y otro no, pero fabricado con componentes naturales. «El abono viene de las plantas, entonces no hay nada que venga de un laboratorio químico. Este tipo no deja residuos ni en el agua, ni en el suelo. Al final las personas no los comen», afirmó Andriana Kechagia, investigadora de Terrapi. Un producto que ayuda a «transportar los nutrientes del suelo a la planta», en vez de añadir elementos al suelo, para permitir que esta desarrolle más autodefensas.

No solo alimentación

La feria no mostraba solo alimentos. También exportaba un modelo, una forma de producir sostenible. Y casos en los que se enseña cómo lo ecológico puede convivir con otros sectores.

Con una mesa cargada de cocas y botes de salsas, el hotel Finca Can Martí de Sant Joan era uno de estos ejemplos. Según su mánager, Tom Brantschen, este agroturismo es respetuoso con la naturaleza y casi completamente autosuficiente. El establecimiento cuenta con su huerto y elaboran todo tipo de productos ecológicos, aunque, como explicó Brantschen, no es lo único que hacen para conseguir fusionar ecología y turismo: «Es posible combinar la agricultura ecológica y el modelo turístico. Lo aplicamos en la bioconstrucción, utilizando toallas de algodón orgánico, produciendo nuestra energía con placas solares o reciclando el agua».

Pero, para conseguir implantar la agricultura ecológica y su modelo, también es necesario que haya agricultores. «Si queremos un producto ecológico fuerte necesitamos a gente formada», dijo Fina Prats y en Ibiza Can Marines es la respuesta. Este centro de formación profesional en Santa Eulària imparte un ciclo de Técnico en Producción Agroecológica. «Enseñamos a ser agricultor y ganadero. Soldar, sembrar cultivos, llevar tractor y animales, comercializar el producto? Todas las fases del ciclo agrícola», explicó Raquel González, profesora en Can Marines, donde llevan tres años dando este módulo.

Los más pequeños también tenían su espacio en la feria con talleres de cocina.

Próximas ediciones

Laia esperaba que esta feria se repitiera más veces. Y según comentó Prats, la intención es que sea una cita anual y que se realice cada vez en una localidad distinta.

Un evento que también sirve para reunir a la Xarxa de Pagesos, formada por la Apaeef y sus homólogos de Mallorca y Menorca. Y es que las I Jornades d'Agricultura Ecològica d'Eivissa ayudan a promocionar, a concienciar, pero también a crear un frente común para hacer presión a las instituciones por el «modelo agrícola del futuro».