Los arqueólogos Oriol Vicente Campos e Igor Bogdanovic, del equipo del laboratorio de Humanidad Digital de la Universitat Autònoma de Barcelona, iniciaron ayer la digitalización de cuatro piezas emblemáticas del Museo Arqueológico y del Museo Monográfico de Puig des Molins, lo que permitirá desde «replicarlas exactamente» en plástico hasta proyectar imágenes tridimensionales o videomapping con fines didáctivos y culturales. (Ver galería de imágenes)

Esta iniciativa forma parte del proyecto 'InterMedit. L'intercanvi mediterrani a la l'antiguitat', financiado por la Euroregió Pirineus-Mediterrània. La acción central será una exposición central en la que, de Ibiza, «habrá tres piezas vinculadas al contacto de los fenicios con el comercio griego y al ritual funerario; otras tres del de Empúries, y tres más del de Ensérune», indicó la doctora en Arqueología Prehistórica Maria Bofill.

Entre las piezas escaneadas se encuentra la conocida Tanit, una de las más representativas y cuyo origen se sitúa en un taller heleno de la Magna Sicilia, comentó Bofill. Según Oriol Vicente Campos, su escaneado «fue muy complejo», debido al especial volumen de su tocado, lo que les llevó «un día» de trabajo. Para una máscara funeraria fenicia dedicaron cinco horas, mientras que para un busto femenino con velo de un taller de Rodas (este no formará parte de la exposición), más simple, emplearon tres horas. La cuarta es un recipiente cerámico para libaciones funerarias de procedencia etrusca, que es otra de las joyas de la corona del museo, según subrayó Bofill.

El escáner funciona «con luz y con fotografías», explicó Campos: «Proyecta una luz que capta las distancias y las texturas. A partir de ahí crea una nube de puntos del objeto. Después junta esos puntos en triángulos. Eso genera una malla que forma el volumen de la pieza. A partir de ese volumen, y como además capta fotografías, se pone encima la textura. Así, el resultado final es un objeto tridimensional con las mismas características que el original, a la misma escala y con la misma textura».

Una imagen de esas características permite disponer de una realidad en 3D muy útil para la conservación de cada pieza: «Si se degrada, podemos recuperarla a partir de esa imagen», pues aporta detalles con una nitidez excepcional. Hay más utilidades: «De la Tanit, tal cual está expuesta en el museo, es imposible ver su parte posterior. Pero con este sistema se puede visitar virtualmente, darle la vuelta y ver qué hay detrás, o encima, o debajo. O se puede recrear cómo sería con todos los colores que tenía antiguamente»

En lo que más tiempo se emplea para crear la imagen en 3D es en el proceso de datos, pues el escaneo es cuestión de minutos.