El vino payés que se elabora todos los años durante las fiestas patronales de Jesús, a principios de septiembre, vivió ayer uno de los momentos clave en el proceso de elaboración de este preciado caldo: la trascolada es decir, el trasvase desde la cuba en la que se pisó la uva hasta las garrafas en las que seguirá fermentando.

Tres activos miembros de la Comisión de Fiestas, Maribel, Juanje y José Luis, permanecían ayer por la mañana frente a los porches de la iglesia rodeados de garrafas de cristal y la gran cuba de la que iban sacando el vino. En el embudo se había metido un poco de frígola (tomillo) para que sirviera de filtro y, al mismo tiempo, le dé un poco de aroma al vino.

Fermentación en las garrafas

«Este el sistema que se usaba antiguamente. Dentro de las garrafas ahora seguirá fermentando y, cuando deje hacerlo, ya se le pone el tapón», explica Maribel mientra sostiene el embudo para ir introduciendo vino en los recipientes. Ella asegura que emplea el oído para escuchar cómo aún «hierve» el vino dentro de la garrafa, y cuando deja de hacerlo, al cabo de unas dos semanas, es cuando el proceso de fermentación ha terminado. No obstante, habrá que esperar hasta las fiestas de Navidad, aproximadamente, para que el producto esté en condiciones de beber, explican los responsables de la operación de la trascolada.

Maribel anima a todas las personas de los alrededores de Jesús que aporten su uva para hacer el vino todos los años. «Hay muchas parras que van siendo eliminadas por la gente, cuando lo que hay que hacer es conservarlas», afirma. Este año se están elaborando unos 160 litros de vino, gracias a los 200 kilos de uva que se pisaron.