El Consell de Formentera, a través del Instituto Balear de Estudios en Arqueología Marítima (Ibeam) y del GEAS de la Guardia Civil, ha extraído del lecho marino 11 sables del siglo XIX, a unos 10 metros de profundidad, frente al pequeño puerto de es Caló.

El hallazgo es de suma importancia por los datos que puedan aportar de esa época. Todas las armas están en sus vainas, también metálicas, e «intactas», aseguró el director del Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera, Benjamí Costa, tras realizar radiografías (en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario) a uno de los sables. Las placas desvelan su buen estado, por lo que calificó el hallazgo de «excepcional». Cada pieza mide entre 110 y 115 centímetros.

A primera vista los sables que se presentaron ayer ante los medios de comunicación tienen una empuñadura y están todos recubiertos de una costra arenosa con incrustaciones de algas y restos de conchas marinas, entre otros elementos.

El hallazgo

El hallazgo

Todo empezó el pasado 15 de agosto cuando un vecino de Ibiza, Manel Guasch, que paseaba a lo largo de es Caló en su pequeña zódiac, acompañado de un amigo, encontró por casualidad un sable a unos 10 metros de profundidad. Según relató en la rueda de prensa de presentación, todo fue porque perdió el tapón de popa de la neumática y su amigo decidió lanzarse al agua para recuperarlo. Al cabo de un rato, apareció con una espada entre las manos. Ante su sorpresa se dieron cuenta de la importancia del objeto y enseguida informaron a la Comandancia de Marina y al Consell de Formentera. El área de Patrimonio insular, con competencias en esta materia trasladó la pieza al Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera (MAEF), institución de referencia en cuanto al depósito y custodia de materiales arqueológicos.

Una vez efectuada la comunicación del hallazgo, el Consell inició actuaciones encaminadas a documentar y estudiar el lugar. Entre el 26 y el 29 de agosto un equipo de buzos del GEAS de la Guardia Civil se desplazó hasta la zona junto con un arqueólogo del Ibeam. Esta asociación lleva trabajando desde 2015, por encargo del Consell, en un proyecto a largo plazo para elaborar la Carta Arqueológica subacuática de Formentera.

Esa inmersión de los profesionales permitió localizar un nuevo conjunto de elementos arqueológicos compatibles, por su tipología, con sables rectos de principios del siglo XIX.

Cuando el Consell estudio el informe y la propuesta de actuación del Ibeam, autorizó «una intervención arqueológica preventiva de urgencia para garantizar la salvaguarda de los objetos localizados y para determinar la existencia de otros restos arqueológicos», destacó la consellera de Patrimonio, Raquel Guasch.

Esta intervención de urgencia se llevó a cabo por dos arqueólogos y una restauradora del Ibeam los pasados 1 y 31 de agosto y consistió en la extracción del conjunto de sables, 10 en total.

Todas las piezas se trasladan hoy al Museo Arqueológico para iniciar su proceso de restauración y recuperación que puede durar un año, según avanzó su director Benjamí Costa.

La presidenta del Consell, Alejandra Ferrer, destacó «la colaboración entre todas las administraciones implicadas, que ha sido fundamental para el éxito» de esta misión de recuperación del patrimonio submarino.

Sigue la investigación

Sigue la investigación

Ahora la zona está acotada y a mediados del mes de octubre se iniciará una nueva prospección arqueológica del Ibeam, con el apoyo del GEAS, para comprobar «si existe algún pecio que se pueda relacionar con el conjunto de bienes localizados», explicó el arqueólogo y jefe de proyectos del Ibeam, Javier Rodríguez.

La primera hipótesis que maneja es que esas piezas podían ser parte de la carga de un barco que debió hundirse. Sin embargo, todas las vías de investigación están abiertas hasta que los técnicos no logren restaurar los sables para comprobar si tienen alguna inscripción o si las próximas prospecciones previstas primero por el GEAS y luego por el Ibeam den resultados.

El arqueólogo Javier Rodríguez no dudo en calificar el momento actual de la investigación como «dulce» ya que en esta actuación ha comprobado la coordinación entre el Museo y el Consell, ademas del GEAS, «que trabaja todo el año para localizar y comprobar los pecios documentados». También alabó la colaboración de empresas privadas como «Trasmpi y Formentera Divers».

Raquel Guasch insistió, por su parte, en la concienciación ciudadana y recordó «la importancia de comunicar cualquier información referente a localización de restos arqueológicos subacuáticos para su protección».