Si un amigo nos ofreciese ir a un concierto de un grupo que no conocemos que combina blues, jazz, flamenco, cantos sefardíes y una oración del siglo VIII, ¿Qué le diríamos? ¿Qué pensaríamos? Cuanto menos, tendríamos muchas dudas, si no pensamos que no sabe de lo que habla. Pues eso es lo que hizo la Eivissa Jazz Experience de 2019 este jueves. Además, introduciendo en el lote a Germán Díaz y su zanfona, instrumento medieval con una fuerte presencia.

José Miguel López, director del programa de radio 'Discópolis' de Radio 3 y presentador del festival, lo resumió así: «Es la primera vez en este festival que tenemos jazz visigótico, ¡del siglo VIII, nada menos!».

Lo cierto es que al ver la formación que presentaba la Experience este año estaba claro que no iba a ser nada habitual. Despertaba expectación ver como se resolvía la inclusión de la zanfona. El resultado fue excepcional. La de 2019 ha resultado ser la edición del proyecto con más calado, con más peso. Las claves han sido una gran combinación de músicos, un singular repertorio y unos arreglos de lujo a manos de Abe Rábade, Pablo Martín Caminero, Germán Díaz y Joan Carles Marí, sin olvidar las excelentes aportaciones de Enrique Rodríguez, por su acertada inclusión de la zanfona en uno de sus temas; y de Dani Pérez, que escribió un blues con zanfona expresamente para la ocasión.

El concierto empezó con retranca gallega. El primero fue el tema del pianista y coordinador de la Experience, Abe Rábade, con el título 'Epílogo', cuya línea de bajo, el ostinato, se basa en el toque rítmico de la música del carnaval tradicional centenario de Viana do Bolo en Ourense. Con un ritmo adictivo y una melodía preciosa la pieza fue una buena elección para abrir, a pesar del nombre. Con ella el público se enganchó al ánimo del repertorio que llegaría después.

La segunda composición arrancó con el batería ibicenco Joan Carles Marí al cajón. De hecho, fue la aportación de Marí a la Experience. Una versión de 'Moon River', el tema de la película 'Desayuno con diamantes' compuesto por Henry Mancini. La idea original de Marí era un arreglo por seguidillas. Sin embargo, durante el ensayo vieron la dificultad de cuadrar una melodía tan suave en un ritmo tan rápido, así que se transformó en una soleá por bulerías. En este tema se vio como iba a ser la aportación de la zanfona. Germán Díaz y el trompetista Enrique Rodríguez tocaron la melodía a dúo. Una versión exquisita.

Precisamente, sería Díaz el protagonista del siguiente tema 'Guarda la Rama'. Díaz arregló esta composición a partir de un corrido de Castilla y León. Sin embargo, antes el músico vallisoletano explicó la historia de la zanfona, con su origen en el año 900 y su evolución a través del medievo, el Renacimiento o el Barroco.

En esta pieza la Experience se lanzó al vacío con un solo colectivo en el que cada uno de los seis músicos y en estilo free sacaba ruidos y efectos de su instrumento ante el delirio del público.

Dani Pérez y su guitarra se integraron a la formación con un blues. Pérez escribió la pieza expresamente para la Experience 2019 y para el festival Eivissa Jazz. Bajo el título 'Eivissa Waltz' la banda desarrolló un composición preciosa expresamente confeccionada para los seis instrumentos presentes, incluida la zanfona. El particular sonido del instrumento de Díaz conjugó sorprendentemente bien en un blues. No en vano se considera a Díaz «el Hendrix de la zanfona». Este instrumento, que viene a ser un violín mecánico, en el que hay una rueda que fricciona las cuerdas que elija el intérprete, ofrece muchas posibilidades y es capaz de efectuar varios roles a la vez, aparentando sonar como dos o tres instrumentos diferentes.

En 'Eivissa Waltz' la zanfona de Díaz aportaba el acompañamiento y diálogo perfectos para la trompeta de Rodríguez, casi como si hubiese un saxo y trombón a su lado. Y su autor, Dani Pérez aplaudió el solo de Rodríguez a la trompeta y sonrió con gusto al solo de Marí en la batería.

Las siguientes composiciones fueron dos cantos antiguos sefardíes arreglados por el contrabajista, Pablo Martín Caminero. Antes de tocar, Caminero tomó el micro para bromear y hacerse con el público. Aseguró que todo lo que había explicado Díaz era mentira. «Se lo ha inventado todo, hasta el instrumento. Del año 900 nada. Cuando pones zanfona en internet lo que sale es éste [Germán Díaz] en el primer sitio. ¿Conocéis a alguien que salga el primero cuando buscáis en internet? Pues eso, se lo ha inventado todo».

Con la complicidad de los presentes, Caminero presentó la adaptación de dos piezas sefardíes, 'La Rosa Enflorece' y 'Loa Loa'. En estas dos piezas que tocaron juntas fue especial la combinación de la zanfona y el contrabajo, a veces con el arco.

'La Verbena' fue la sexta propuesta de la Experience en una noche que propiciaba sorpresa tras sorpresa. Tema original de Enrique Rodríguez que adaptó magistralmente para tan singular formación, manteniendo su toque flamenco. Esta composición brindó la oportunidad de escuchar un excelente solo de Dani Pérez a la guitarra, seguido del contrabajo de Caminero y el piano de Rábade. Luego llegó un solo precioso de Díaz y su zanfona antes de que toda la banda cerrase el tema con cuatro golpes, un toque muy flamenco, tal y como ensayaron la jornada anterior.

Para acabar, la Experience interpretó otra joya rescatada por Pablo Martín Caminero. Retrocediendo al siglo VIII para encontrar una oración titulada 'O Gloriosa Domina', con letra en latín. El arreglo del contrabajista vitoriano incluía un arranque espectacular a dúo entre el contrabajo con arco y la zanfona, desarrollando la melodía y con un sonido muy medieval.

La entrada del resto de la banda llevó al tema del siglo VIII directamente al XXI con un sólido sonido de jazz con una melodía basada en el tema original. Guitarra, trompeta y piano exploraron el tema en solitario antes de entregarlo de nuevo al conjunto del sexto al recuperar la melodía principal. Y fin.

Así concluyó el que, posiblemente, sea el mejor concierto de la Experience hasta la fecha. De esta forma, este proyecto ha superado sus límites y ha abierto una nueva vía de desarrollo, casi de investigación, con la que desarrollar el jazz que surge de su particular idiosincrasia, condicionada por el hecho de ser un grupo efímero que no se vuelve a repetir. La tarea de aprovechar esta edición en el futuro queda en las capaces manos de Abe Rábade. Ahí es nada.

Latrece iluminó Santa Llùcia

Latrece iluminó Santa Llùcia

Abrió la noche Miryam Latrece y su grupo y de qué manera. Esta joven cantante encandiló a los presentes con su voz y su dulzura, cantando con sentimiento y pidiendo al público que cantase con ella.

'Meditación' y 'Duerme negrita' fueron las primeras piezas que interpretó junto a su banda. En esta ocasión, mucho más que en otras, la banda no era solo un acompañamiento. Este cuarteto casi ofreció dos conciertos en uno. la voz de Latrece brilló con luz propia, pero las evoluciones de Marco Mezquida al piano, de Pablo Martín Caminero al contrabajo y de Michael Olivera a la batería no le iban a la zaga.

Tras la segunda pieza, Latrece, que tenía ganas de jugar, requirió del público que hiciera honor al nombre de su disco 'Quiero cantarte' y les pidió que cantaran con ella. A coro el público presente le hizo caso. Así llegó una versión especial de 'Todo es de color', de Lole y Manuel. Arrancó el tema Mezquida pinzando las cuerdas de su piano.

Latrece cantó también en portugués y se marcó una gran versión del bolero 'Oh Vida' popularizado por Benny Moré antes de llegar a una de las grandes propuestas de la noche. La introducción fue una floritura de Marco Mezquida que muteaba las cuerdas del piano con la mano izquierda mientras tocaba las teclas con la derecha. Al principio, con la intro de Mezquida el tema resultó difícil de reconocer, hasta que entró el resto de la banda y la voz de Latrece. Entonces se hizo evidente que era una versión de 'Mediterráneo'. La mejor versión hasta la fecha, con el permiso de Joan Manel Serrat.

Con el público entregado, 'Leyenda del tiempo' y el bis 'Basta de Nostalgia' fueron un broche de oro para una actuación que dejará un recuerdo agradable en los que la presenciaron.

En 'Leyenda del tiempo' el cuarteto desplegó toda su creatividad. Arrancó el tema con Mezquida repitiendo la operación exhibida en 'Oh Vida', pero esta vez estuvo acompañado de Caminero y su contrabajo tocado con el arco. Mientras el batería, Olivera, tocaba de pie un pequeño plato.

En medio del tema la cantante se giró hacia su contrabajista para un dúo. Ella cantaba la letra al tiempo que él cantaba con su contrabajo. Lo repetirían otra vez antes del final, tras el que el público aplaudió y solicitó un bis, el ya mencionado 'Basta de Nostalgia'.