La Big Band se gradúa

De hecho, la Big Band ha conseguido crear afición. La plaza se llenó hasta los topes triplicando, por lo menos, el aforo de las sillas colocadas por la organización, 170. Y desde el primer momento, la mayoría estaban allí porque sabían que tocaba la Big Band.

De blanco, como es ya habitual, arrancaron su actuación con 'Night in Tunisia', escrita por Dizzy Gillespie en 1942, cuando tocaba en la big band de Earl Hines. Delante de los 19 músicos había un micrófono al que acudían los solistas para hacer su solo. En esta pieza acudieron al micro la trompetista alemana Wiebke Pahrmann, el trombonista y director, Vicent Tur, y el saxo Natxo Marí. Esta pieza fue toda una declaración de intenciones: iba a haber mucho ritmo y un sonido potente. El público se dio cuenta y aplaudió desde el primer momento.

Con 'Mambo Caliente', de Arturo Sandoval, entendió que iba a disfrutar. La única lástima es que no había sitio para bailar. No cabía ni un alfiler en la plaza. Los locales del soportal tenían serias dificultades para servir a sus clientes, que comían y bebían con espectáculo gratis. El ambiente recordaba al de los grandes clubs de jazz de los 50 en los que se desarrolló el latin jazz en Nueva York.

Con 'One note Samba', 'Mambo Inn' y 'Oye cómo va', tema de Tito Puente popularizado en los 70 por Carlos Santana, creció el entusiasmo y la ilusión entre la banda y el público. Solo faltaba el reflejo de un rótulo de neón en el que leer nombre del club.

Con 'Spain', de Chick Corea, el público se animó a seguir el compás con las palmas. Luego llegaría 'Manteca', de Dizzy Gillespie, lució con un gran solo de Muriel Grossman , y seguía llegando gente, que se sentaba en el suelo.

Entonces, Tur hizo una pausa en la que mientras presentaba a parte de la banda anunció que Pahrmann cumplía años. El público sorprendió a los músicos cantando de forma espontánea el cumpleaños feliz. Luego la banda hizo lo mismo ante la sorpresa de la trompetista. Con Pahrmann en el micro de los solos se tocó 'Como fue', una balada, a la que siguió 'Afro Blue', de Mongo Santamaría, justo antes de que llegara una de las piezas más temidas por los músicos, 'Caravan', obra de Duke Ellington, en, como un espectador exclamó «¡Uy, el 'Caravan' de 'Whiplash'», película que exhibe un arreglo particularmente difícil de este tema.

El público sabedor de la circunstancia aplaudió de pie al término del tema. El bis fue el animado 'Ran Kan Kan', de Tito Puente.

José Carra Trío

José Carra Trío

Y tras el vendaval latino llegó el turno de un jazz más intimista. José Carra Trío, con el pianista malagueño a la cabeza y acompañado de Bori Albero y Dani Domínguez ofreció un concierto emocional. Tras unos primeros temas de su último disco, 'Diario de vuelo', José Carra explicó que el disco surgió de su miedo a volar: «Yo tengo miedo a muchas cosas, a casi todo. Y también a volar. Así que escogí una profesión que me tiene todo el año de aquí para allá. Y como terapia decidí empezar a componer en los aviones. Hasta tal punto que llegó un momento que deseaba subirme a un avión para seguir con un tema que tenía empezado».

Tras la historia llegaron los temas más intimistas y emocionales, como 'Animal de Dios', 'Latido de Papel'. Sin duda, Carra supo llevarse al público a su terreno, tras bajarlos de la nube en la que les había dejado la Big Band logró llevarlos a su parcelita privada.

Y entonces relató la historia de un primo suyo que con doce años grabó una cinta de cassette. Cinta a la que él había hecho caso omiso hasta hace poco. De ahí surgió 'Tardes para Jugar', un tema hermosos con el que se acabó de meter a los presentes en el bolsillo.

Finalmente, cerraría el concierto con 'Aurora' y 'Niño Árbol', en una noche tropical por la música, el calor y la emoción.