Cientos de personas se impregnaron ayer de la cultura y tradición de las fiestas de Sant Bartomeu de forma totalmente gratuita en Sant Antoni. Una tarde llena de eventos de diferentes estilos, pero, todos ellos, cargados de un significado cultural. (Mira aquí todas las imágenes)

La jornada empezó a las seis de la tarde en el Molí d'en Simó, un antiguo molino del que se restauró el interior y donde la Asociación Artesanal de Portmany exhibió los trabajos terminados de sus miembros. Cada cual en una parte de la sala, junto a los artículos que habían hecho: Joan Marí, junto a la puerta, empezaba un senalló; Toni Bonet casi había terminado un morenell, un arte para pescar morenas, mientras le explicaba cómo se hacía a un miembro de la colla; Pep Isidro, más al fondo, trenzaba esparto junto a un amigo; Agustí Ribas, aunque no estuviese en la exposición, se encargó de tallar las castañuelas y los tambores, entre otras cosas; y, en el centro de la sala, María, de origen británico, entrelazaba los bolillos. A pesar de que la exposición no recibiese muchas visitas hasta el último momento, los miembros de la asociación disfrutaron de las manualidades mientras merendaban una bandeja de bunyols.

Un poco más abajo, en el paseo de ses Fonts, la asociación RqueR organizó un mercadillo benéfico. Esta protectora, que rescata perros y gatos maltratados, ofreció a los compradores todo tipo de objetos relacionados con los animales, desde camisetas personalizadas hasta bebederos. «Vendemos cosas que nos han donado para poder subsistir. Somos una asociación sin ánimo de lucro y necesitamos pagar las vacunas y la comida de los animales rescatados, entre otras cosas», explicó la presidenta, Rocío Muñoz. Sin embargo, una hora más tarde, un grupo de turistas empezó a ahuyentar a los clientes con gritos mientras bebían alcohol junto al puesto.

Hacia las siete de la tarde, la Asociación Cultural Valenciana se instaló en el paseo con un puesto que atrajo a cientos de residentes e, incluso, a varios turistas cuando vieron lo que regalaban: fartons y horchata. Con la intención de «hacer conocer algunas tradiciones valencianas, a parte de las fallas», como explicó Juan Marquez, el presidente de la asociación, ofrecieron cien litros de horchata y más de 700 fartons.

«Siempre hay alguien que coge la muestra y vuelve a la cola mientras come para volver a repetir», comenta Márquez. Otros aprovecharon la ocasión para comer algo sentados frente al escenario del paseo de ses Fonts durante la actuación de la escuela de danza Are-T, que estaba prevista a las 20 horas.

No obstante, no todos respetaron la fila. Un hombre al ver la comida no dudó en acercarse y coger él mismo un vaso de horchata y un fartón. Y, aunque los miembros de la asociación le avisaron de que no podía hacer eso, el hombre volvió a repetirlo sin decir palabra, alejándose a un paso muy ligero. Una consecuencia de «no haber puesto la valla este año», explicó el presidente.

La Colla de Buscastell despidió una tarde de fiestas patronales con el tradicional ball pagès en la entrada del Molí d'en Simó, desde la que varios turistas, que subían y bajaban de la playa, se asomaron para ver qué pasaba. De hecho, uno de ellos, grabó a una pareja de la colla mientras miraba a sus dos amigos que estaban igual de confusos que él. El alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, también acudió a la celebración.