Decenas de niños, padres e incluso abuelas dieron rienda suelta a su creatividad con el taller de pintura al aire libre que se celebró ayer por la tarde en sa Punta des Molí, en Sant Antoni. En mitad de la naturaleza y bajo la supervisión de la pintora Loli Hidalgo, los asistentes dejaron a un lado el «estrés» de la vida cotidiana y se relajaron a través del pincel. «Queremos que los niños dejen de lado el móvil, el WhatsApp y esas tonterías, que desaten su creatividad en mitad de la naturaleza», argumenta Hidalgo.

Esta actividad, que estaba programada dentro de las fiestas de Sant Bartomeu, empezó a las 19 horas, aunque algunos más «impacientes» ya estaban allí mucho antes. A pesar de que el taller estuviese dirigido a todos los públicos, los protagonistas de la tarde fueron los niños, como Ethan, quien ayudó a su madre a pintar un dibujo del molino con unas pinceladas verdes para simular la hierba que lo rodeaba, o Triana, que con sólo un año y medio no dejó ni un hueco sin pintar en su lienzo, sin olvidarse de extender la obra de arte a su cara con un poco de color entre cada pincelada.

Los jóvenes pintores se esparcieron por todo el recinto, algunos buscando la sombra y otros una mejor perspectiva. Muchos de ellos confesaron que, después de este primer contacto con el arte, iban a querer apuntarse a clases de pintura. Aunque se esperaba una velada tranquila y silenciosa, la música electrónica de fondo, que provenía del club O Beach Ibiza, puso nerviosos a algunos padres. «Esto de pintar con la música me molesta demasiado, no me gusta nada. La verdad es que no le encuentro sentido», comenta indignada la madre de la pequeña Inés. No obstante, a su hija no parecía molestarle. De hecho, no pudo evitar mirar a su madre y decir: «Pues a mí me gusta».

Futuros proyectos

Futuros proyectos

Para el próximo año, la pintora Loli Hidalgo ya tiene en mente «una acampada de arte» también al aire libre después del taller de pintura. «Pero necesitaré mas ayuda de la que tengo ahora», concluye.