Es uno de los artistas vivos más influyentes del grafiti y el arte contemporáneo. Amigo de Andy Wharhol y Jean Michael Basquiat, con quien se inició en el arte, es un superviviente de una rebelión artística que sacó el arte a la calle cuando no encontraron abrigo en las galerías.

¿Se considera un pionero del grafiti o el arte post-moderno?

No soy un pionero porque cuando llegué a Nueva York, el grafiti estaba en alza y en cuanto al arte moderno había mucho movimiento con gente que ya había iniciado un cambio.

Pero no todos sus compañeros de la época son tan famosos como usted hoy en día.

Hay gente más famosa que yo, sin duda, y que han aportado obras interesantes al grafiti y al arte contemporáneo.

¿La primera vez que cogió un spray y pintó sobre una pared soñó que sería famoso y lograría ser un artista reconocido?

He vivido en Nueva York y Los Ángeles durante décadas. Cuando empecé a pintar en espray mi gente y yo queríamos ser famosos para mostrar nuestra obra y una nueva forma de entender el arte, pero las galerías no estaban interesadas, así que nos lo tomamos por nuestra cuenta y pensamos: 'si vosotros no queréis saber nada de nuestro arte vamos a hacer todo lo posible para que nuestro arte se vea', y salimos a la calle y llenamos la ciudad con nuestro arte.

A veces se encuentran cosas increíbles en muros y fachadas y otras muy deplorables en la calle ¿No hay un baremo, un sentido estético selectivo o un respeto por la genialidad?

Eso es parte del arte callejero, cuando pintas algo en la calle no hay garantía de cuánto va a durar ni quién lo entenderá. Hay una norma no escrita de respeto hacia la genialidad o al arte, por eso hay cosas que se quedan solo durante unas horas y otras se mantienen vivas durante años, nunca se sabe.

¿Por qué pinta?

Porque me encanta, es mi alegría, algo que me inspira, me llena de emociones y de satisfacción.

¿Las emociones tienen un significado especial en su obra?

Las emociones son nuestros pensamientos, miedos, sentimientos, sueños, esperanzas y todo eso son mis emociones, lo que me mueve y lo que me inspira en cualquier momento.

¿Tiene algún momento especial en que se siente feliz y pinta algo divertido o cuando está triste refleja su pena o dolor, o simplemente sucede porque sí?

Trato de no pensar mucho, solo dejo que fluya el arte sin pensar demasiado. Es más fresco, más puro y se acerca a lo que quiero expresar.

¿Tiene una técnica especial?

Tengo muchas técnicas. Cuanto más lo hago más aprendo, cuanto más aprendo mejor soy. Parece una frase hecha pero es lo que forma parte de mi realidad como artista.

Ha pintado algunos coches en la isla, ¿le ha inspirado algo en particular?

Tengo mi repertorio. Cuando hago una acción de este tipo hablo con el propietario del coche porque es el que lo va a conducir para saber lo que quiere: algo feliz, algo rabioso como, por ejemplo, que exprese una acción como 'apártate de mi camino'. Les pregunto su color favorito y cosas así para hacer alga a su medida y que se sientan a gusto con el mensaje que emite su automóvil.

Hablando de colores ¿cuál es su color favorito?

No tengo ningún color favorito. Los colores representan las expresiones faciales, pero también las emociones. Es una emoción muy fuerte lo que tengo con los colores y básicamente me decanto más por la combinación de colores. Me gustan los opuestos como naranja-azul o amarillo-púrpura, ya que cuando estallan se crea tensión y energía.

Este cuadro suyo es marrón oscuro pero emite una sensación muy potente ¿Cómo lo consigue?

Con una sola cosa: con la práctica, la práctica y la práctica.

¿La inspiración le sigue viniendo de la calle o ha cambiado sus parámetros vitales?

Mi inspiración nunca ha sido solo la calle, sino más bien el mundo entero. Soy un observador de la naturaleza, el impacto del ser humano sobre la naturaleza y la tensión entre los dos.

En sus pinturas solo hay caras, ningún cuerpo, ¿por qué no pinta figuras enteras?

A veces sí, pero solo como cosa recurrente. Expreso las emociones que pasan en el corazón, aunque no se encuentren en la cara. No necesitas el resto del cuerpo para transmitir todas estas cosas.

¿Cómo encuentra el arte contemporáneo del momento?

Es grandioso, cuando me mudé la primera vez a Nueva York el arte contemporáneo era muy insignificante, quizás había solo veinte galerías, ahora es una locura. Era muy fácil entonces conseguir entenderlo todo, actualmente hay mucho, algo que por una parte es positivo porque hay un público muy amplio, mucho más que antes. Sin embargo, en la actualidad es muy difícil seguirlo todo y estar al día de todas las cosas que pasan en Nueva York. A mí me es imposible.

En el pasado existían movimientos artísticos como el cubismo, surrealismo y otros. En la actualidad no hay ningún movimiento concreto que sea significativo, conceptual o seguido por los artistas.

Parte del siglo XXI fue una ruptura de movimientos específicos en el tiempo. Es como cuando miras a la arquitectura o la moda del siglo XX, cada década era muy distinta de la otra. Esto ya no se ve. Algunas cosas han cambiado drásticamente, como la tecnología, pero otras cosas no se transforman como lo hacían en el pasado. Se pueden mezclar todos los movimientos del siglo XX, que es un poco lo que hago yo, mezclo un poco de aquí de allá: pop-art, expresionismo, abstracto, surrealismo y demás, lo combino y surge algo nuevo. Creo que los movimientos se han acabado.

¿Qué papel juega la tecnología y las redes sociales para el mundo del arte actual?

Ha jugado un papel enorme en el arte. La tecnología dictará cómo será el arte, desde mi punto de vista cuanto más tecnológicos seamos más perderemos el toque humano. Estamos perdiendo parte de la realidad artística, de las emociones y cambiándolas por tecnología. Cuanto más nos metamos en la tecnología en el futuro más importancia se le dará a lo que siga teniendo un toque humano.

También ha trabajado en el mundo de la moda, la publicidad y el diseño de moda. ¿Sigue haciendo cosas?

Sí, por supuesto. No debería haber fronteras en cómo hacer las cosas y expresar el arte, hago colaboraciones en el mundo de la moda, la música, arquitectura o cualquier otra expresión artística que me guste o me atraiga.

¿En qué sueña?

Soy un optimista, aunque soy realista al mismo tiempo. Desde niño estoy muy concienciado en el medioambiente. Estoy muy preocupado por lo que está pasando. Todo lo que está ocurriendo son cosas que sabíamos desde hacía años. Estábamos en el camino para hacer las cosas bien, pero ahora nos encontramos en una situación de urgencia máxima, así que sueño en que podamos poner rumbo a este tema. Me preocupa el mundo que podamos dejar a nuestros hijos, lo que van a heredar, así que espero que podamos reconducir esta situación a tiempo en lo que se refiere a temas tales como el uso del plástico y las emisiones contaminantes.

¿Considera justo en el mundo en que vivimos que una pieza de arte pueda costar 150 o 200 millones de dólares?

Todo está bien. Hay mucho dinero alrededor de esta industria y a la gente le gusta jugar con ello. No veo problema en ello. Mi única queja al respecto es que la conversación gire hacia el coste, no hacia el arte en sí. Si hubiera un debate de por qué esta pieza de arte vale tanto o qué le hace ser tan valiosa. ( Me gustaría que se centrara el tema más en el arte y no en el precio, señala al entrevistador ).

¿Le parece interesante tener una pieza de arte que cuesta tanto dinero en una casa donde nadie la ve?

No puedo decir que sea tirar el dinero porque quizás es una inversión para después revenderla y hacer negocio.

¿Qué opinión tiene sobre su presidente Donald Trump

Creo que es el mayor estúpido sobre la faz de la tierra. Es un ignorante, un misógino, no tengo nada bueno que decir sobre ese hombre. Es realmente terrorífico que este hombre tenga poder. Rezo, si existe un Dios en algún lugar, para que desaparezca esta persona porque no podemos continuar por este camino. Mi preocupación es que estamos perdiendo el tiempo y está diciendo muchas mentiras, él se irá algún día, pero de momento está ahí gobernando y haciendo muchas cosas mal.