Paloma Bravo (Madrid)

ha conformado su carrera periodística entre la novela y el mundo 2.0. Colaboradora de distintos medios, su primer libro, 'La novia de papá', se convirtió en un blog de muchísimo éxito y fue llevado al teatro en una obra protagonizada por María Castro y Eva Isanta. También es autora del libro de relatos 'Tres mujeres solas' y de 'La piel de Mica' , representada en Nueva York.

Ahora vuelve con 'Las incorrectas', un libro sobre las mujeres, las relaciones y la amistad en el que describe a un grupo de amigas con humor y mucha ironía. En este nuevo manuscrito las seis mujeres que no son reales, pero sí realistas, comienzan a darse cuenta de las decisiones tomadas en su vida y se apoyan en el día a día. Un libro feminista, como atesora su autora, preparado para hombres y mujeres de hoy en día.

- ¿Por qué esta novela?

- Es un homenaje a la amistad entre mujeres y a las ganas de vivir.

- ¿Qué es una mujer real?

- Una mujer real es una mujer que va por la calle y está viva y que tiene que tirar adelante con su vida.

- ¿La amistad realmente lo puede todo?

- Yo creo que la amistad lo puede casi todo, y lo que no puede lo consuela y lo alivia y te hace reírte.

- Has hablado de tu propia experiencia ante la depresión y el apoyo de tres amigas, ¿qué hay de autobiografía en esta novela?

- Hay muy poquito autobiográfico salvo el hecho de que mi hija juega al fútbol, pero nada más, no hay personajes que conozca pero sí que hay un mosaico de muchas cosas que yo he visto en mujeres, de sus contradicciones, de sus miedos, de su ambición profesional y de la inseguridad económica y el pavor de no llegar a fin de mes cuando tienes hijos y ves que tus padres viven de sus pensiones y no tienes la vida solucionada. Y luego hay una cosa que para mí es importante, no es que sea autobiográfica pero la veo a mi alrededor, y es que las mujeres no nos definimos por el hombre que buscamos o tenemos, sino por nosotras mismas, y eso era importante contarlo.

- ¿Tus protagonistas no son un poco cliché?

- Creo que todas tienen muchísimas contradicciones, están todo el rato intentando resolverlas, no son personajes monolíticos, sino que están intentando crecer.

"La desobediencia es obligatoria"

- ¿Es imposible no usar la ironía cuando se habla de la sociedad actual?

- La ironía no sé...hay tres niveles: el sentido del humor, la ironía y el sarcasmo. Este último es cruel y los otros dos tiran más de la autocrítica y la empatía, y para mí el sentido del humor es la única forma de acercarte o entenderte a ti y de seguir con ganas. Ya decía Woody Allen lo de "humor es tragedia más tiempo". Cuando te pasan cosas malas, sino te ríes, qué vas a hacer.

- ¿Cuánto de feminista tiene el libro?

- La autora es muy feminista y todas las protagonistas de la novela también lo son, pero cada una a su manera. No creo que exista solo un tipo de feminismo, creo que hay muchos y todos ellos lo que tienen claro es que lo que hay que conseguir es la igualdad real y a esto no se llega contra los hombres, sino con los hombres.

- Tú que eres periodista, ¿cómo estás viendo la última ola feminista?

- La veo con ilusión, era necesaria. Es una ola que dice que "así no llegamos" y veo con una mezcla de miedo, pereza y rechazo la utilización que pretenden hacer algunos de un lado y de otro de utilizar el feminismo como arma arrojadiza. Afortunadamente, la mayoría de las mujeres no nos estamos dejando meter en esas guerras y salimos a la calle a defender las cosas que creemos.

- Parece que es inevitable que si salen las mujeres a hablar aparezcan partidos como Vox...

- A mi te puedes imaginar que Vox gustarme, no me gusta. Me da bastante miedo que se haya normalizado tan pronto en algunas provincias, comunidades autónomas y ciudades.

- Volviendo a la novela, ¿ser madre podría ser otro de los protagonistas del libro?

- No. Todas las mujeres del libro son madres pero es una casualidad, de hecho hay una que no debería haber tenido hijos. Yo que tengo una hija, a mi ser madre ni me ha cambiado el carácter, ni me ha cambiado la vida, ni es lo mejor que me ha pasado... ser madre tiene muchas cosas bonitas, muchas cosas horribles y muchas obligaciones. A veces te lastra, te quita libertad y en absoluto te define.

- Ante los bandos de malas madres y súper madres, ¿dónde estás tú?

- El otro día leí un libro de Sergi Pàmies que hablaba de la paternidad y decía que esta es un 90% de improvisación y un 10% de pánico, yo estoy muy cerca de esto. Yo improviso un montón, no tengo ni idea de cómo ser madre, no lo sé... y le voy metiendo sentido del humor, amor y luego hay que restar el sueño, cuando te conviertes en madre empiezas a dormir muy poco.

- ¿Cuánto tienes de incorrecta?

- Creo que bastante. A mí me parece que la desobediencia es obligatoria para todo, para que no te digan cómo tienes que vestir, cómo tienes que ser madre, cómo tienes que trabajar...cómo tienes que pensar. La riqueza está en los matices y la corrección es uniformidad, algo que empobrece.

- ¿Es necesaria entonces?

- Por supuesto, es la única forma de crecer. De hecho, la incorrección te lleva a equivocarte, pero yo prefiero equivocarme y aprender que hacer lo que me dicen y no sacar nada.

- Si tuvieras que definir la novela en solo tres palabras...

- Divertida, peleona y de amistad.

- Este tópico de que las mujeres no pueden ser amigas...

- Supongo que las habrá que no, mi experiencia es distinta. Yo he tenido muchos amigos hombres, de joven solo tenía amigos hombres y a partir de cierta edad me he ido encontrado a mujeres sin las que mi vida hubiera sido muchísimo peor y me han demostrado que la amistad es estar en lo bueno, en lo malo y en lo cotidiano y que me han hecho la vida mucho mejor y me han enseñado mucho. La amistad tiene una parte de admiración y aprendizaje.

- ¿Hace más falta que existan novelas en las que se hable de mujeres normales?

- Sí. Falta que nos veamos, que nos reconozcamos, que nos contemos y que veamos que no estamos solas.