Antonio Hormigo Escandell, el escultor más importante y conocido de la historia de Ibiza, falleció en la tarde de ayer en el hospital de Can Misses, donde estaba ingresado desde hacía unos días. Hormigo, de 86 años, llevaba un tiempo con un estado de salud muy delicado desde que sufrió un infarto hace un año.

Hormigo (Sant Antoni, 1933) es el escultor más influyente de la isla, conocido principalmente por la talla de madera que extraía en su entorno de Ibiza, principalmente olivo, pero también sabina, almendro y algarrobo.

El escultor aprendió la técnica de su padre, Antonio Hormigo Josefa, también escultor, aunque acabó su formación de forma autodidacta, según recoge la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera. En una familia de escultores, que completa su sobrino Pedro Hormigo.

En su obra tiene una importancia fundamental la figura humana, en piezas que tallaba hasta llegar al alma que escondían en su interior y que pulía hasta darles una apariencia brillante.

Su manera de trabajar tenía como punto de partida una observación minuciosa de las ramas y troncos que utilizaba para realizar sus obras. Respetando la forma original y caprichosa del árbol, para descubrir que se escondía dentro de la pieza y darle forma.

A lo largo de su carrera expuso en las salas más importantes de Ibiza y en el MACE en varias ocasiones y también en museos y galerías de diferentes puntos de España y de Alemania, donde su obra era conocida y apreciada.

Su última exposición tuvo lugar el pasado año en la sala de plenos del Ayuntamiento de Ibiza, en Can Botino, en la que mostró ocho piezas en madera, en la que se podía descubrir «la esencia del autor que adivina, en la materia arbórea, formas posibles que representen siempre un cuerpo», según señaló la directora del MACE, Elena Ruiz.

Su obra y su trayectoria vital están recogidas en varios documentales y libros, entre ellos ‘Antonio Hormigo. Matèria i esperit’, publicado por el escritor Miguel Ángel González en 2008.

Según expresaba González entonces, Hormigo es el escultor ibicenco por antonomasia: «Antes de Hormigo, en Ibiza no se conocían más esculturas que los bronces de Alentorn», en referencia a las estatuas de Vara de Rey.

González justificaba su admiración por Hormigo en el excepcional carácter de Hormigo, basado en la «autenticidad» y en su absorta entrega al trabajo en el interior de su taller, que comparaba con «la ascética soledad del eremita».

Los restos del escultor serán incinerados este jueves en una ceremonia íntima de la familia y el viernes se celebrará un funeral en la iglesia de Sant Antoni.