El tercer y último desfile Adlib 2019 reunió en el Recinto Ferial a los diseñadores más comprometidos con la sostenibilidad medioambiental. Tejidos y tintes naturales, ecológicos o de comercio justo son parte de los materiales que desfilaron por la pasarela.

Abrió la muestra una pequeña sorpresa a cargo de Catalina Torres, que no figuraba en el programa, con un desfile de vestidos al más puro estilo Adlib. Sus seis modelos adelantaron parte de lo que se vería después. Blanco, vestidos largos y enaguas, en su caso de colores, imitando la falda tradicional payesa.

Minutos antes del inicio, el presentador, Manel Fuentes, ensayaba su papel. Leía una y otra vez las cuatro cualidades de Natural Adlib (nombre del desfile de ayer), ecológico, ergonómico, sostenible y artesanal. Eso sí, ni una vez en el mismo orden.

Tras el escenario, algunos diseñadores atendían a compañeros de la prensa y un grupo de jóvenes se reunía en coro. Su misión, ayudar a las modelos a vestirse, y en dicha reunión se las aleccionaba acerca de sus funciones (todas eran alumnas de la Escola d'Arts).

Fuentes salió a la palestra y comenzó a presentar. En nombre de la organización agradeció, esta vez sí, el apoyo «de la prensa local». Confesó que quería ser «como Cayetana Guillén Cuervo y venir todos los años». Y empezó el desfile.

Abrió el camino Monika Maxim con 'Alma'. Su propuesta, vestidos blancos de estilo tradicional, largos, cortos, con encajes. Dos modelos masculinos con espardenyes. Mostró dos vestidos de novia. Sencillos, que se convertirían en modelos Adlib normales sin el velo de la cabeza.

Al final salió Monika con un vestido cuya falda estaba llena de flores rojas de papel pegadas, que fue arrancando rompiendo y tirando a la pasarela.

Del blanco de Monika Maxim se viró hacia el negro de estilo muy extravagante y nada Adlib de K de Kose-Kose Privée. Así entró una propuesta más agresiva bajo el título 'Ídolos mutantes desde el paraíso'. Negros ajustados, casi todo con faldas cortas y adornos de influencia africana. Gorras de inspiración militar que recordaban a la película 'El último Rey de Escocia', ambientada en África. Telas a cuadros, quizá inspiradas en los motivos (que no en los colores) de los masai. Máscaras africanas pintadas de verde o dorado. Incluso cabezas reducidas o de tamaño natural como las que lucía una de las modelos encima de cada uno de sus hombros con gorras militares como remate.

Pero el modelo más aplaudido fue el que lució un modelo masculino que vestía de mujer. Con falda ajustada y una silueta femenina rígida colgando delante que simbolizaba la figura femenina.

De hecho, la combinación negro dorado fue un elemento transversal a lo largo de todo el desfile.

Entre tonos opuestos

Y llegó otra propuesta diferente. La de Trinidades Ibiza con 'Herencia'. Navegando entre el blanco y el negro (a veces combinado con toques dorados), con la ropa interior casi siempre a la vista, la cabeza vestida era una de sus constantes. Predominaron los pañuelos en la cabeza, llevados como los de las payesas ibicencas, pero también hubo sombreros de paja de ala ancha. Encajes, aberturas laterales y capas ligeras.

Por su parte, La Brisa Ibiza con 'Suculentas'. En tonos terrosos y verdosos, presentó los modelos más fáciles de llevar y del estilo que usa su creadora.

Las espardenyes de Estrivancus mostraron su colección 'Ibicencas'. Blancas, negras, azules o rojas. La mayoría con cintas que recorrían las piernas dando vueltas. De inspiración tradicional, recurre a materiales como la pita o el ágave.

Ángela Martí y sus artículos de cuero salieron a continuación. Bajo el título 'A flor de pell' presentó sobre todo bolsos. Algunos inspirados en el tradicional senalló, otros más de fiesta e incluso un cinturón que sujetaba un pequeño bolso a la espalda. Todos trabajados a mano por esta artesana del cuero.

Belén Boheme fue la siguiente en presentar su propuesta. 'Campesinas' volvió al blanco, aunque no puro antes de derivarse hacia otros colores y acabar con un vestido largo aguamarina. Firma de diseño para novias, ofreció vestidos inspirados en las campesinas de la isla.

Tanit Jeans y su 'Rebeldes con causa' salió a continuación. Con vestidos de tela vaquera, con volantes e incluso una chaqueta vaquera deconstruida que dejaba el hombro izquierdo al aire. Quizá la propuesta más fresca con colores oscuros.

Y para acabar Etikology y 'My inner garden'. Una colección a base de telas en colores terrosos, con estampados, a veces abstractos mientras que otros recordaban a motivos florales.

El desfile se cerró con la modelo Godeliv van der Brandt tirando plástico que llevaba encima al tiempo que arrastraba escrito en tela de saco el mensaje 'Plastic no' como parte de la campaña del Consell para eliminar el uso de plásticos de un solo uso.