En los años 60 empezó a despegar la industria turística en Ibiza y la isla comenzó a ganar atractivo no sólo como destino de vacaciones sino también como plató de rodaje para muchas películas. El director ibicenco Enrique Villalonga, que esta tarde hablará en el festival Ibizacinefest de la relación entre Ibiza y el cine de aquella época, tiene contabilizados quince títulos de producciones cinematográficas filmadas en este rincón del Mediterráneo en esa década del siglo XX. La mayoría son extranjeras y coproducciones.

Es justo a mediados de los 60 cuando la isla empieza realmente a llamar la atención de los cineastas. Solo en 1965 se rodaron en verano 'Hallucination Generation', 'Zarabanda bing bing' y '3S3, agente especial', tres de las películas favoritas de Villalonga junto con 'More', filmada en el 68. El motivo de filmar estas cintas en Ibiza fue «en parte, por la popularidad que la isla empezaba a tener». El cineasta ibicenco pone de ejemplo 'La larga agonía de los peces fuera del agua', una película dirigida por Francisco Rovira Beleta con Joan Manuel Serrat como protagonista. El guion de este título está basado en una novela ambientada en un pueblo de la Costa Brava, sin embargo, su director prefirió trasladar la acción a Ibiza , donde rodó en el 69, porque pensó que el nombre de la isla tendría más gancho en el mercado internacional. Esta película, por cierto, es una de las pocas de las que se filmó en los 60 cuyos protagonistas son ibicencos. Serrat interpreta a un pescador de la isla con inquietudes artísticas. La mayor parte de los títulos de aquella época están protagonizados por extranjeros que llegan de vacaciones o residen en la isla.

Menos problemas con la censura

Aunque rodar en Ibiza no debía salir barato, un factor que probablemente atrajo a cineastas para filmar en la isla fue, según Villalonga, el hecho de que no hubiera tanto control de la censura. Además, explica el cineasta, el régimen franquista era mucho más permisivo con las producciones extranjeras, ya que «exportaba fuera de España una idea de apertura» que le interesaba. Eso explica que películas como 'More', de Barbet Schroeder, «una historia en la que hay drogas y desnudos integrales», pasara sin problema la censura. Eso y el hecho de que facilitaron a los censores un guión retocado y «más moralista» que el que finalmente emplearon para el rodaje.

Un elemento común en todas las películas que se rodaron en aquella época en Ibiza es que retratan a la isla como un destino turístico. La isla se representa, en la mayoría, «como un destino de ensueño al que llegar», pero también, en algún caso como 'La larga agonía de los peces fuera del agua', «como una prisión de la que escapar».

Casi todas estas producciones, explica Villalonga, «muestran una isla que es un paraíso, con buen tiempo, paisajes espectaculares, vida hedonista y mucha fiesta», en resumen, la misma imagen que tiene en mente en la actualidad cualquier extranjero o peninsular cuando se le menciona el nombre de la isla. Hay alguna excepción, como la de 'Running away backwards' o 'Léa, l'hiver', una película francesa rodada, en este caso, a principios de los 70 que critica la industria turística en Ibiza. Su director, Marc Monnet, «estuvo viviendo en la isla a mediados de los 60 y en cuanto vio cómo empezó a cambiar se fue», recuerda.

Las localizaciones favoritas para los cineastas en los 60 eran Dalt Vila y la Marina, que se convirtieron en «imagen identificativa» de la isla. Santa Eulària también aparece en escenas de películas, en concreto el Puig de Missa y el ayuntamiento. En alguna ocasión salen también retratadas la bahía de Sant Antoni, Punta Galera y playas como ses Salines, s'Aigua Blanca y Benirràs.

La película más taquillera de todas las que se rodaran en Ibiza en esa década fue 'More'. Fue tal su éxito internacional, que su director asegura «que se empezaron a poner vuelos chárter entre Alemania y la isla» cuando la película se estrenó en este país. Villalonga no ha podido verificar este dato, pero asegura que «este título tuvo mucha influencia y que hay gente que vino a Ibiza gracias a 'More'».

A la pregunta de si estas cintas contribuyeron a dar una imagen positiva de la isla, Enrique Villalonga cree que «en general sí». «Una película es una gran publicidad para el lugar donde se rueda», pero, aclara «no es un anuncio publicitario, aunque a muchos políticos les gustara que fuese así».

La conferencia que Enrique Villalonga ofrecerá esta tarde, a las 18 horas, en el centro cultural Cervantes, en el marco del Ibizacinefest, está basada en la ponencia que ofreció en 2017 en las XXXV Jornades d'Estudis Històrics Locals, que se celebraron en Can Ventosa, en las que también participaron las ibicencas Lina Sansano y Ginebra Vizoso. Todas sus intervenciones se recogieron en el libro 'Estudis de cinema i audiovisual', editado por el Institut d'Estudis Baleàrics.