El estudio de arquitectura del formenterés Marià Castelló ha ganado, ex aequo, el Premio NAN de Arquitectura y Construcción por la mejor obra de arquitectura residencial construida en España el año pasado por la vivienda del Bosc d'en Pep Ferrer. Castelló comparte el premio con un proyecto del estudio madrileño Bueso Inchausti & Rei.

Los premios los convoca la revista NAN Arquitectura y Construcción y su empresa editora, el Grupo TPI, desde 2007 y la ceremonia de entrega de los galardones se celebró el pasado jueves en el Gran Teatro Bankia Príncipe Pio de Madrid.

El jurado de este prestigioso premio nacional lo escoge el Consejo Superior de los Arquitectos de España, y en esta edición lo integraban 14 arquitectos de brillante trayectoria profesional, entre los cuales destacan Carlos Ferrater, Patxi Mangado, Jerónimo Junquera y Rafael de La-Hoz, entre otros.

En esta edición se han presentado un total de 227 candidaturas y cabe destacar el nivel de las propuestas. En la edición de 2015 uno de los premiados fue el estudio RCR, que dos años más tarde recibió el Premio Pritzker, que es considerado el Nobel en arquitectura.

La obra ganadora, que firma Marià Castelló, es el Bosc d'en Pep Ferrer, un proyecto que, en palabras del propio arquitecto, «se ha cocinado a fuego lento durante muchos años en el estudio». En esta vivienda, situada cerca de la Torre des Pi des Català, ha utilizado como referencias dos modelos constructivos tradicionales de Formentera: «Por un lado, está la ligereza de las típicas casetas varadero que son parte del paisaje y por otro la generación de espacio por substracción de materia que encontramos en las canteras de marès, especialmente en la de Punta Pedrera, pero también en la desaparecida de es Pujols».

La definición del proyecto

La definición del proyecto

Castelló añade que esas referencias «llevan a una dualidad entre opuestos tangibles en el proyecto: lo telúrico y lo tectónico, piedra y madera; pesado y ligero; lo artesanal y lo tecnológico». A pesar de ser un proyecto realizado con medios económicos muy limitados, se han utilizado materiales nobles.

Con criterios de bioconstrucción han primado los de origen natural y si era posible del propio lugar, como la roca esculpida, grava de machaqueo de la propia excavación, piedra caliza capri, madera de pino y de abeto, paneles de algodón reciclado, mármol blanco macael y pintura al silicato de alta permeabilidad, entre otros materiales.

Esto ha revertido en unos cerramientos higroscópicos y permeables al vapor del agua que permiten un ambiente interior más agradable y sano, y necesita de menos aportes energéticos para un correcto funcionamiento.

A nivel ambiental, la propuesta incorpora sistemas 'bioclimáticos' pasivos de probada eficacia en el clima mediterráneo, así como la autosuficiencia de agua gracias a un aljibe de gran volumen que reaprovecha el agua de lluvia.