Fue la tarde del reencuentro con Concha García Campoy. «Parecía que estaba aquí entre nosotros», comentaba Santiago Segura. «Tengo un recuerdo vivísimo de ella», decía Víctor Manuel. La presentación del libro sobre la periodista 'Concha García Campoy: la gran ilusión', escrito por Miguel Dalmau y publicado por Penguin Random House, llenó la sala Valle Inclán del Círculo de Bellas Artes de Madrid de amigos, familiares y seguidores de la ibicenca fallecida hace cinco años. Sus hijos Berta y Lorenzo, su marido Andrés Vicente Gómez, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, compañeros como Cristina Morató o Sonsoles Ónega, Santiago Segura, Paolo Vasile, Ana Belén, Víctor Manuel, el diseñador Elio Berhanyer, Rosa León, José Luis García Sánchez o los escritores Ray Loriga y Jesús Ferrero, entre otros, asistieron al emotivo acto en el que, según el autor del libro, Miguel Dalmau, «esperábamos el milagro de reencontrarnos aquí con Concha».

'Concha García Campoy: la gran ilusión' no es un libro de anécdotas pero Dalmau optó por situarla en su contexto histórico para realzarlo: «Concha intervino en la formación de la España moderna. Hizo todo lo posible para que aquella España se transformara en otra». Para Dalmau, Concha García Campoy encarnó esa nueva España «en la que la mujer accedía a la Universidad y empezaba a trabajar fuera de casa».

En esta misma línea, la vicepresidenta Carmen Calvo apuntó que «además de la historia de Concha, este libro refleja lo que nos ha ocurrido a muchas, a casi todas las mujeres». La vicepresidenta puso en valor la doble faceta profesional y personal de la periodista ibicenca: «Competía en lo profesional era una mujer de amigas, llena de nobleza, Era tierna y firme a la vez, dulce y certera, sin llegar a agredir nunca con su trabajo». La vicepresidenta, que confesó haber leído el libro a salto de mata, «incluso en el baño», precisó, calificó el acto de presentación del libro «como una misa laica, una liturgia por Concha» de la que destacó su positividad -«era el lado amoroso de la vida»- y agradeció especialmente la presencia de sus hijos Berta y Lorenzo Díaz García-Campoy «porque ellos son Concha».

«Era el lado bueno de las cosas»

«Era el lado bueno de las cosas»

Lorenzo continuó por la vereda abierta por la ministra al destacar de su madre que «era el lado bueno de las cosas que a veces se nos pasa desapercibido». Además de recordar a su madre en la confección y lectura del libro, Lorenzo confesó que éste le ha permitido de alguna manera «reencontrarse» con la figura de su abuelo además de «contar una historia reciente de España a través del periodismo».

Su hermana Berta confesó que hasta que no leyó el libro «no sabía nada de su vida profesional». «Para mí era únicamente mi madre; esto hace que la aprecie aún más como profesional y como mujer», explicó. Emocionada, Berta relató que su relación con su madre «sigue evolucionando día a día incluso tras su muerte». «Ahora la comprendo de otra manera. Puedo aprender de ella y, aunque todavía me acompaña, la echo mucho de menos», admitió.

David Trías, editor del libro, recordó que en enero de 1985, en el debut televisivo de Concha en el Telediario «se vaciaron las calles de Ibiza para verla. Era orgullo payés, en el mejor de los sentidos y a mucha honra. Como decía David Trueba, Concha era nuestra novia soñada».