El 13 de septiembre de 1936, una escuadrilla alemana de aviones Heinkel y Junkers sobrevuela Ibiza y descarga sus bombas sobre la ciudad, convirtiendo la iglesia de Sant Elm en un montón de escombros. Es parte de la 'historia' de 'Sant Telm [sic] en el Temps', una de las instalaciones de la tercera edición del Ibiza Light Festival que el viernes y el sábado se exhibió en el interior de esa iglesia. Al finalizar esa obra, una voz en off relata de esa peculiar manera lo sucedido aquel fatídico 13 de septiembre, mientras sobre el techo se proyecta un vídeo en el que varios aviones (con el escudo de la Luftwaffe bajo sus alas) atraviesan de punta a punta la cúpula y lanzan, ojo al dato, cohetes. Como en Guernica, pero en Ibiza.

El autor de esa instalación es Iván Domínguez, de 3DLight & Improbable Films y uno de los responsables del festival. Residente en la isla desde hace siete años, ayer explicaba a esta redacción que, para preparar la proyección, había extraído la información 'histórica' de Internet. Pero Internet lo carga el diablo. Aquel 13 de septiembre, las que sobrevolaron el espacio aéreo ibicenco no fueron aeronaves germanas (en la proyección, por cierto, son cazas, no bombarderos), sino los muy italianos Savoia Marchetti pertenecientes a la escuadrilla S-8, con base en Mallorca. Ninguno llevaba bajo sus alas la Schwarzes Kreuz, sino sus característicos tres fascios.

Y cuando descargaron sus artefactos letales, ninguno cayó en Sant Elm. Sí en la cercana Fonda Cires (donde una decena de personas fallecieron), en el Club Náutico, en el astillero, en los Andenes, en la calle Riambau, en la esquina de las calles Aníbal y Montgrí, en la Plaza de Vila, en el edificio de Obras Públicas, en la plaza de la Tertulia... Pero ninguna bomba reventó Sant Elm.

El templo, además, ya había sido reducido parcialmente a escombros días antes del bombardeo por orden del Comité Revolucionario. Cuando los Savoia aparecieron sobre Vila, de su bóveda ya no quedaba casi nada, según se aprecia en diversas fotografías de la época. Los republicanos, desembarcados en Ibiza a principios de agosto, primero saquearon y quemaron los objetos religiosos de ese recinto y su retablo, como en otros templos de la isla. Y el 21 de agosto de 1936 iniciaron su demolición «a pico y pala», según especifica el historiador y canónigo archivero de la Catedral, Francesc Xavier Torres Peters. Aquella jornada de agosto, Diario de Ibiza, entonces intervenido como órgano del Frente Antifascista, publicó en su primera plana el anuncio del inicio de esos trabajos: «Debiendo empezarse hoy mismo el derribo del edificio que estaba destinado a iglesia de San Telmo, deben pasar por esta secretaría para adquirir el carnet de trabajo»... Y citaba, con nombre, apellidos e incluso mote, a 15 obreros que debían presentarse para no dejar piedra sobre piedra.

Al parecer, nadie supervisó la obra de Iván Domínguez, que sólo presentó previamente el vídeo al párroco de San Salvador, que es argentino. Domínguez se basó en informaciones «encontradas en Internet», que dijo que revisará.