Última y maravillosa noche en el baluarte de Santa Llúcia. Anders Fjesldsted Sextet y Eli Degibri Quartet hicieron las delicias del público presente. En las horas previas cayeron unas pocas gotas, pero no las suficientes como para alterar lo previsto. A pesar de todo, los espectadores más fieles estaban presentes y preparados minutos antes del comienzo. Anders Fjeldsted Sextet empezó con una composición propia, 'The underdog'. Fue una buena declaración de intenciones. Un tema potente que gustó mucho y que Fjeldsted dedicó a uno de sus ídolos, el contrabajista Charles Mingus.

Y llegó Thelonius Monk. El grupo eligió 'Eronel', del pianista norteamericano, para su segundo tema. En pleno solo del saxo tenor, Soren Host, el viento hizo de las suyas y volaron todas sus partituras. El trompetista, Rolf Sorensen, las recogió mientras Host seguía tocando. A continuación un solo de piano de Artur Tuznik arrancó el tercer tema. Una composición propia, bajo el título 'Backbone'.

Micrófono en mano Fjeldsted introdujo el cuarto tema, 'Third plane'. Una composición del contrabajista Ron Carter, otro de los ídolos del danés. Aquí Fjeldsted se lució con un gran solo al contrabajo, jugueteando con la melodía del tema. Y el viento dio su opinión de nuevo, soplando en los micros.

Fjeldsted recordó su reciente viaje a Japón. Y presentó una composición dedicada a la estación más grande de Japón, 'Shinjuku'. Un tema con mucha fuerza y grandes solos.

La siguiente fue una balada, 'The nearness of you' (Hoagy Carmichael) antes de cerrar el concierto con 'Borderland'. Un tema de Fjeldsted que arrancó con un buen solo del batería, Henrik Holst. El saxo alto, Oilly Wallace, con los demás vientos cerró el concierto.

Tras un breve descanso llegó el turno de Eli Degibri Quartet. El israelí y sus tres acompañantes salieron a un escenario más desnudo que nunca. Sin atriles y sin partituras, los cuatro tocaron de memoria. Sin pies de micro que entorpecieran la visión al público, que disfrutó de una vista limpia y diáfana. Con este escenario Degibri llenó el baluarte entero con su música y actitud. Generoso desde la primera nota y respaldado por tres músicos de alto calibre.

'The troll', tema de su último disco 'Cliff hanging' abrió el concierto. Desde el principio, Degibri hacía fácil lo difícil. La segunda pieza fue 'Cliff hanging'. Degibri dirigió el concierto con maestría. Mientras tocaba se dirigía sus músicos indicándoles cuando hacer su solo, cambiar de esquema o iniciar el final de la pieza.

Con cambio del tenor al saxo soprano llegó 'Even bees do it', donde de nuevo el israelí demostró su calidad con un solo espectacular. En el cuarto tema piano y contrabajo arrancaron juntos. 'Unknown neighbour' cerró el bloque de piezas pertenecientes a 'Cliff Hanging'. Aquí Degibri, de rodillas, desarrolló su solo de forma magistral, justo antes de coger el micro por primera vez para explicarse.

«Muchas gracias», dijo en español. A lo que añadió: «Es nuestra primera vez en Eivissa, una ciudad impresionante». Y presentó a la banda: Tom Oren al piano, Tamir Shmerling al contrabajo y Eviatar Slivnik a la batería. Degibri explicó que a continuación tocarían algunos temas de su nuevo disco que saldrá el 5 de octubre, 'Soul Station' en homenaje a Hank Mobley.

El siguiente fue, precisamente, 'Soul Station'. Este tema culminó cuando piano y batería establecían un diálogo en el que Degibri hacía de árbitro. A continuación tocaron 'If I should loose you', para la que Degibri aseguró que el baluarte era «el mejor escenario».

En el séptimo tema, 'Longing', se produjo un diálogo precioso entre contrabajo y piano. Y Degibri agradeció al público su atención al decir: «Es un gran placer tocar aquí. Sois un gran público y unos buenos oyentes». Con un mambo titulado 'Mambo' arrancó bailes y sonrisas entre los presentes. Y al acabar el público emocionado se puso en pie y ovacionó al grupo como pocas veces se ha visto en el festival. Y cuando los técnicos encendieron las cegadoras (esas luces situadas para iluminar al público) Degibri sacó su móvil y le hizo una foto al público. Acto seguido se giró y rodeado de sus músicos se autorretrató con el público de fondo. Como bis Degibri improvisó el tema 'Untitled 5/8' que empezó él mismo tarareando una melodía. Y tras él, contrabajista, batería y piano tararearon también hasta que el pianista la empezó a tocar. Y así construyeron el último tema de una noche especial.