La décima edición de la Eivissa Jazz Experience no defraudó. Una vez más fue un experimento exitoso. Se trató, quizás, de la Experience más ecléctica, más experimental y, sin duda, la más arriesgada. Un ejercicio de alquimia llevado a buen puerto con la intervención de muchos elementos, a priori muy diversos, pero que resultaron en un concierto muy interesante. La primera dificultad era conjugar las piezas de los integrantes del grupo. Piezas dispares que sus autores unificaron en un concierto para un público que espera grandes cosas de la Experience. Todo bajo la coordinación del alquimista de las diez ediciones, Abe Rábade.

Abrió el concierto una pieza del batería gallego Iago Fernández 'Big young soul'. Un tema que dejó claro que está Experience no iba a ser una más, que en ésta había más riesgo. Una ráfaga de viento se llevó algunas partituras y el saxofonista bilbaíno Gorka Benítez arrancó su tema 'Leonor de Aquitania'. Un tema tranquilo. Y así se llegó a 'El conguero', pieza original de Rainier Elizarde al contrabajo. Un golpe de dos notas por parte de los metales llevó a un gran solo de contrabajo. Siguieron varios solos, incluido uno de Benítez con la flauta travesera.

Después, una propuesta diferente. Uno de los tránsitos de Abe Rábade. 'Transito nº6. Wheel of hope'. Una composición jazzística escrita siguiendo los códigos de la orquestación clásica. Y a continuación llegó la sorpresa. Abe Rábade invitó a subir al escenario a la Big Band Ciutat de Ibiza. La primera pieza con la Big Band fue una composición del trombonista Carlos Martín, 'Payuki codes'. La segunda, 'Bones' del trompeta Boro García y la tercera, 'Babel de sons' del propio Rábade. En las tres el sonido de la Big Band reforzó y dio potencia a la Experience, además de apoyar a los solistas Martín, García, Benítez y Rábade. Aquí el pianista gallego en su papel de alquimista hizo de director de la Big Band.

Tras este final, el público quería más. Y aunque la Experience no prepara ni suele tocar bises, los seis salieron al escenario e improvisaron un blues totalmente inventado. Al que se unió el armonicista Antonio Serrano, que cantó 'Everyday I have the blues' de B.B. King.

La noche empezó con la actuación de Antonio Serrano Quartet. Armónica en mano Serrano tocó varios de los temas de su espectáculo 'Tootsology'. Junto al contrabajista Dee Jay Foster, al pianista Albert Sanz y al batería Esteve Pi el grupo realizó un viaje recorriendo la carrera del armonicista belga Toots Thielemans. Empezaron con una obra del propio Serrano, 'Tootsology'. A continuación interpretaron 'Armonica rag' una pieza de ritmo vivo compuesta por Thielemans. Un solo espectacular de Serrano trajo el tercer tema, 'Don't be that way' de Benny Goodman. Después, 'Soul Station' con un toque muy blues. Y asomó la cabeza Charlie Parker cuando el cuarteto interpretó su 'Donna Lee'. Serrano invitó al escenario al trompeta de la Experience, Boro García. Luego interpretaron 'Travesia' de Milton Nascimento, que Thielemans incorporó a su disco 'Brasil Project'.

En la siguiente pieza no se fueron muy lejos y tocaron el 'Everywhere calypso' de Sonny Rollins. Y tras 'Three views of a secret' la banda de Serrano volvió a los dominios del maestro Thielemans con 'Bluesette', para cerrar un concierto diferente de lo habitual en el festival.