'O Fortuna' retumbó al pie de las murallas de Ibiza el lunes por la noche. Alrededor de 170 músicos y cantantes se encargaron de transportar al público en el escenario del parque Reina Sofía con 'Carmina Burana' en el tercer concierto celebrado dentro del programa de las Festes de la Terra.

El Concert de la Terra empezó puntual a las 22 horas y transcurrió acompañado de un tremendo calor que no impidió que los amantes de la música clásica se emocionaran con la gran obra de Carl Orff. La pieza musical suponía un gran reto para los músicos debido a su dificultad en cuanto a la técnica y realización musical. Sin embargo, bajo el embrujo de la batuta de Adolfo Villalonga, encargado de dirigir la interpretación, los instrumentistas y cantantes consiguieron una perfecta coordinación que impresionó a los asistentes del concierto.

«Gracias por estar aquí con el calor horrible que hace, pero creo que todos juntos haremos un buen trabajo», agradeció Villalonga a los asistentes. El director no perdió oportunidad para explicar la importancia de 'Carmina Burana' e introdujo la pieza a los asistentes. «Es una cantata del siglo XX que se caracteriza por ser muy rítmica y especial para los coros, está hecha con letras alegóricas, politizantes, de búsqueda del yo interior y de una fuerte crítica social», explicó.

El concierto se inició con un preludio del compositor estadounidense Alfred Reed, por el que el director confesó tener «una gran devoción». La obra 'A fifth Overture' sirvió de tentempié a la representación de la gran producción, sin alejarse, sin embargo, de su majestuosidad y complejidad. «Está llena de virtuosismo, permite a cada uno de los solistas mostrar su calidad interpretativa, instrumental y musical», explicó Villalonga.

El Coro, dirigido por Miguel San Miguel, que también hizo de solista, y la Banda Sinfónica Ciutat d'Ibiza fueron los encargados de interpretar la obra de Carl Orff, junto con el coro infantil y juvenil del Patronato, que dirige Lourdes Roig; la Coral Amigos de la Música, dirigida por Nélida Boned, y miembros de la Capella Mallorquina, dirigida por Josep M. Moreno. Además, la interpretación también contó con la participación de los solistas Irantzu Bartolomé y Olivier Leclerc.

«Es importante interpretar esta pieza hoy en día porque nos recuerda que estamos vivos y nos aparta del mundo digital, que nos acerca tanto a las pantallas y nos aleja de la realidad», reflexionó Villalonga. «Las letras, escritas por estudiantes, clérigos y monjes goliardos, que disfrutaban de la vida terrenal, nos recuerdan que somos humanos, animales, gente de la tierra que busca el placer de la vida y de las cosas mundanas de las cuales a menudo nos alejamos», terminó.

El director agradeció de nuevo a los músicos su «valentía» y recordó a un público que no dejó de aplaudir que estaban ante «el futuro de la música clásica en Ibiza». Para terminar, la soprano Lucía Herranz interpretó 'Roqueta, sa meua Roca', que recibió una gran ovación. Para finalizar, el alcalde de Vila, Rafa Ruiz también felicitó a los músicos por su trabajo.