Caminatas, juegos acuáticos y música. Así empezaron el día decenas de ibicencos que sacaron su lado más solidario para participar en el programa ´Mójate por la esclerosis múltiple´, que organizó ayer la Asociación de Esclerosis Múltiple de Ibiza y Formentera (Aemif) en la piscina exterior de es Raspallar.

La iniciativa era totalmente gratuita y estaba destinada a aquellos que quisieran colaborar en la lucha contra esta enfermedad degenerativa. Junto a la piscina, la Aemif puso a disposición de los participantes dos mesas: en una vendían comida típica de Ibiza, como orelletes o coques de pebrera, y en la otra camisetas con el logo del programa. Además, pusieron una pequeña hucha para todos aquellos que quisieran hacer un donativo antes de meterse en el agua. La asociación destinará la recaudación al mantenimiento del Centro de Rehabilitación Neurológico, «ya sea para comprar material como para pagar las facturas del local», explicó el vicepresidente de Aemif, Rubén Muñoz.

El evento empezó ayer a las 9.30 horas con una caminata de marcha nórdica, organizada por un grupo de voluntarios de Sant Antoni, que recorrieron 8 kilómetros de paraje natural que alcanzaban los tres municipios de Ibiza, Santa Eulària y Sant Antoni. Al mismo tiempo, los que prefirieron refrescarse ya estaban en la piscina de es Raspallar, a punto para el baño.

A medida que la mañana iba pasando, las gradas se llenaban de familiares y amigos que, a pesar de que hacía «un calor espantoso», como lamentaban todos resignados, animaron durante toda la jornada que a los participantes de las distintas actividades, como la natación sincronizada, a cargo del club deportivo Sincro Ibiza, o el partido amistoso del equipo C. N. Sant Josep Waterpolo.

Entre los participantes, se echaba de menos a muchos de los afectados por la enfermedad. «En algunas ocasiones, el calor afecta muchísimo a los pacientes y cuando se hacen las 12 del mediodía el calor para ellos es insoportable. Por eso muchos de nuestros socios han preferido quedarse en casa en lugar de participar», comentó el presidente de la asociación con tristeza.

Para finalizar la jornada y refrescar a los más pequeños, a las 12.30 horas empezaron los juegos en un circuito acuático con toboganes de gomaespuma, aros y churros.

Sin barreras

Sin embargo, los más valientes se quedaron hasta el final e incluso nadaron agarrados a los churros de piscina y no, no fueron los niños, sino pacientes del Centro de Rehabilitación Neurológico como Carmen, que dejó de lado su silla de ruedas y se tiró al agua a nadar a favor de su propia causa. Una acción llena de fuerza y reivindicación, que sorprendió a más de un adulto que prefirió quedarse a la sombra, sin decidirse a zambullirse en la piscina.