Las malas condiciones del mar obligaron ayer por la mañana a suspender una de las procesiones marítimas más pintorescas de todas las que se celebran en las Pitiüses en honor a la Virgen del Carmen, la de es Cubells. Este acto, uno de los más esperados del programa de las fiestas patronales de esta localidad de Sant Josep, fue sustituido por una breve procesión terrestre en la que participaron cerca de un centenar de personas, entre lugareños y turistas. «Es una pena que no hayan podido salir las barcas, pero ha sido bonito igualmente», comentaba tras la celebración María Ribas, residente en es Cubells.

Esta cita en honor a la Virgen del Carmen, que habitualmente se celebra el domingo posterior al día de la patrona del mar, se trasladó en esta ocasión a la víspera.

A las diez de la mañana, como manda la tradición, comenzó la misa, oficiada por el párroco Antonio Ferrer. El templo, dedicado a la Virgen del Carmen, comenzó a llenarse a partir de las 10.30 horas, que era la hora que figuraba «por error» en el programa festivo para la ceremonia religiosa. El tambor y la flaüta acompañaron la celebración, que terminó con una breve procesión alrededor de la iglesia portando la pequeña talla de madera de la Virgen del Carmen que está custodiada en la capilla de la casa de espiritualidad 'Santa Teresa', de las Carmelitas Misioneras. «Esta imagen tiene más de cincuenta años», explicaba la hermana Gracia. Los participantes se detuvieron frente a las vistas del acantilado y el párroco lanzó agua bendita, dedicando unas palabras en recuerdo a marineros, pescadores y a todos aquellos que fallecieron en el mar.