La 5ª Mostra del Còmic de Sant Antoni se inaugura este viernesa las 20 horas en el Far de ses Coves Blanques. Este año la mostra estará dedicada a la Transición española (1973-1982). La exposición ha sido organizada por la concejalía de Cultura y Joan Ramis Macià, comisario de la exposición.

En esta muestra, se ha querido diferenciar aquellos cómics propiamente escritos y dibujados por autores españoles de aquellos otros que, procedentes en su mayor parte de Francia e Italia, no vieron la luz en España debido a las durísimas disposiciones censoras de la Comisión de Información y Publicaciones Infantiles y Juveniles (CIPIJ), organismo fundado el 1963 y que se mantuvo hasta 1978.

Siguiendo los pasos del underground norteamericano, según explica Joan Ramis, en 1973 surge el primer colectivo de cómics alternativo y antisistema autóctono: El Rrollo Enmascarado. Mariscal, Nazario y El Jefe son los padres de la criatura. Este mismo año aparece 'El Papus', que se define como «la revista satírica y neurastènica».

En 1974 aparece la revista 'Star', la primera gran publicación underground distribuida por canales comerciales, en cada número de la cual el cómico y el rock se dan la mano.

En 1975 y 1976 Producciones Editoriales, Madrágora, Gaspar Fraga o El Rrollo editan con cuentagotas títulos como 'Paupérrimus', 'Catalina', 'Purita' o' Los Tebeos del Rrollo'. Los secuestros, las multas y las suspensiones estaban a la orden del día y eran sistemáticamente acusados de atentar contra la moral y la decencia.

El año 1977 es crucial, puesto que supone el inicio del 'boom'. La disolución el marzo de 1977 del Movimiento Nacional por parte de Adolfo Suárez, comporta de hecho la anulación de las disposiciones censoras que regulaban las publicaciones infantiles y juveniles.Apertura política

La apertura política y la proximidad de las primeras elecciones crean un clima de euforia que se encomienda a todos los ámbitos culturales. En cuanto al cómic, el efecto positivo que propicia es doble: por un lado, llegan cómics europeos adultos de gran calidad y, de la otra, se produce la eclosión de numerosos autores españoles que, por fin, pueden ver sus páginas publicadas.

En 1977 aparece también la editorial madrileña Nueva Frontera, que editará revistas como 'Totem', 'Bumerán' y 'Blue

Jeans'. También este es el año del 'Jueves', el de la primera aparición de 'Makoki', el de la revista musical 'Disco Express' y el de las primeras librerías especializadas, hecho insólito hasta entonces.

Pero no todo podían ser buenas noticias. La apertura política y el clima de libertad en que se empezaba a vivir, sacaba de quicio la ultraderecha que, después de 40 años de miedo, silencio y de control absoluto de los medios de comunicación, no toleraba de ninguna forma ser ridiculizada y parodiada. Así pues, estos son también años de atentados contra librerías, diarios o teatros.

'El Papus' fue objeto de constantes amenazas de los ultras, amenazas que se acabaron materializando el septiembre de 1977 mediante la explosión de un paquete bomba, que envió el grupo ultra Triple A (Alianza Apostólica Anticomunista). El atentado se saldó con un muerto, varios heridos y numerosos desperfectos.

De 1978 a 1982 se sucedieron los años de oro del 'boom' del cómic adulto. El 1978, J. Toutain desde Barcelona, toma buena nota del éxito de 'Totem' y publica revistas como '1984', 'Zona 84', 'Creepy' o 'Comix Internacional', en que la presencia de autores españoles es constante.

En diciembre de 1979, aparece el primer número del 'El Víbora', la revista más emblemática y de mayor éxito, que estuvo en el lugar y momento adecuados para convertirse en el reflejo de los nuevos tiempos y en el cronista de toda una generación, que reflejaba con singular acierto tanto la euforia como el chasco.

En 1981 aparece otro peso pesado: Norma Editorial, que se estrena con las revistas 'Cimoc' y 'Cairo'. Esta última,

dirigida por Joan Navarro, busca una divertida polémica con 'El Víbora'. Este año es también el del primer Salón del Cómic de Barcelona, que dejó atónitos muchos de los forofos que acudieron a la inauguración. Las jornadas y certámenes dedicados al cómic empezaron a proliferar por todo el país y empezaron a verse como una cosa normal.

Una veintena de revistas llegaron a coexistir en la primera mitad de la década de los 80 y algunos dibujantes se atrevieron incluso a editarlas, como la revista Rambla (1982).

En 1984, gracias a la subvención de la concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Madrid, se publicó el primer número de la revista 'Madriz', de carácter vanguardista y experimental. Tan sólo 10 años antes, una cosa así

hubiera sido impensable, más propio de una novela de ciencia-ficción. Pero en aquellos años de La Movida y de Enrique Tierno Galván como alcalde madrileño, todo parecía posible.