«¿Cuánto tiempo va a llevar que la música electrónica tenga su propio movimiento sobre el acoso sexual como el que tiene la industria del cine con el '#MeToo'?», preguntaba ayer Kate Hutchinson. Esta periodista de The Guardian fue la encargada de moderar el debate sobre acoso sexual que se llevó a cabo durante la primera jornada del International Music Summit (IMS).

El coloquio estaba auspiciado por Shesaid.so, una red global dirigida a romper los estereotipos de género en la música y apoyar a las mujeres en sus trayectorias profesionales. «Es crucial que se establezcan límites en la industria y que se creen espacios físicos y digitales para que las personas que hayan sufrido abusos encuentren apoyo», destacó Andreea Magdalina, integrante de Shesaid.so. El «miedo y la vergüenza», explicó, impiden a muchas víctimas denunciar los hechos.

«Es bastante triste que todavía estemos en un lugar donde las víctimas no tienen la confianza suficiente para hablar sobre sus experiencias», lamentaba por su parte Carly Wilford, de Sister Collective. Esta profesional, que también es dj, propuso que en los contratos de las agencias se establezcan cláusulas sobre la materia que permitan acabar con los abusos sexuales.

Mark Lawrence, integrante de la Association for Electronic Music (Afem), incidió en el hecho de que «la cultura dj es muy competitiva» y en que no hay muchas mujeres que estén en la cima en el sector musical. «Todos están tan sedientos de sus propios 15 minutos de gloria que no creo que haya mucha unión entre las mujeres que nos permita hablar de lo que está pasando», afirmó. Lawrence y el dj Carly Wilford coincidieron en señalar la responsabilidad que tienen los hombres en este tema. «Son ellos los que tienen que cambiar su actitud hacia las mujeres», remarcó Wilford.

Para el artista americano Honey Dijon la cultura es un factor importante en este asunto. « Estamos en 2018 con toda esta tecnología increíble y, sin embargo, todavía seguimos en la primera casilla en este tema», añadió. El dj propuso «incidir en la educación, concienciar y seguir hablando sobre los abusos sexuales» como soluciones básicas para afrontar una situación que se da tanto en las pistas de baile como en la industria musical.