Fue una epopeya de marineros corajudos, una hazaña loca, descabellada, de pillos y valientes, pero también de bobos de remate y de traidores. La primera vez que el hombre dio la vuelta al mundo demostró que no hay límites para sus gestas, pero tampoco para su vileza.

Jorge Bustos ha incluido a Juan Sebastián Elcano en su libro de españoles con 'Vidas cipotudas', por aquello del cojonudismo que se atribuye a Unamuno. ¿Tuvo realmente una vida cipotuda?

Tuvo una vida alterada, con bastantes problemas y vicisitudes. Tuvo dos hijos, de dos mujeres distintas, y nunca se casó. Procedía de una familia noble de muchos hermanos. Algunos hablan de él como de un golfo, de un borrachín, mientras otros dicen todo lo contrario. Pero sí fue un marino extraordinario, es indiscutible. Solamente por haber descubierto esa nueva ruta desde el Índico ya tendría que pasar a la historia de la navegación.

Un héroe que fracasó como villano. Fue uno de los que participaron en el complot contra Magallanes, que le perdona la vida.

En el motín de la bahía de San Julián se sublevan un montón y Magallanes perdona la vida a 40. ¿Por qué lo hace? Por egoísmo, pues los necesitaba para la navegación, eran marinos muy expertos. Elcano cae un poco en desgracia, pues Magallanes ya no se fía de él, pero es quien lidera el final de la expedición. Y Elcano es el que llega realmente a las Molucas, pues Magallanes no las alcanzó?

Lo lancearon antes los indígenas, por confiado. Y chulo. Pero Magallanes también fue cipotudo en aquel motín: a uno de los capitanes y cabecillas, Gaspar de Quesada, lo descuartizó; a otro lo cosieron a puñaladas. No se anduvo con chiquitas.

Y a Juan de Cartagena lo abandona en la Patagonia, junto a Pedro Sánchez Reina, un monje un poco peculiar. Nunca más se supo de ellos. Es curioso: a Juan de Cartagena no le mata porque era un noble español, se dice que hijo ilegítimo de Rodríguez Fonseca, que era entonces como el ministro de la Navegación. No se atreve y por eso sólo le abandona.

Parten de España 237 marinos y regresan «18 espectros», en palabras de Bustos, tres años más tarde. ¿Fue una gesta o una locura?

Como en todas las navegaciones de esa época, un poco de ambas cosas. Fue una locura unida al ansia de riqueza y a ese punto de singularidad que tienen muchos marinos de la historia de España. Hay que tener en cuenta que muchos de ellos se enrolaban debido a sus particulares situaciones personales, familiares o incluso judiciales. Era una manera de resarcirse y de restituir un poco el nombre de su familia. Todo eso, junto, era una mezcla explosiva. Pero gracias a esas personas España consiguió su imperio marítimo.

¿No es excesivo, incluso entonces, tardar más de un año desde Sanlúcar de Barrameda hasta la Patagonia?

¡Los cálculos que habían hecho fueron erróneos. El proyecto era portugués, de Magallanes y de Rui Faleiro, que era el teórico. En esos estudios se contemplaba dónde debía de estar el estrecho que unía el Atlántico con el Pacífico, pero no acertaron ni una. Eso provocó la tensión entre las tripulaciones. Una vez que llegaron al Río de la Plata, pensaron que podía ser el Estrecho que comunicaba con el Pacífico, pero tardaron en darse cuenta de que era agua dulce. Todo eso ralentizó enormemente la expedición.

Antonio Pigafetta, que estuvo en la expedición, habla, en su 'Primer viaje en torno del globo', de que apresaron a un par de «gigantes». ¿Fabulaba?

Patagón significa, de hecho, pies grandes. Eran hombres bastante grandes para la época, sobre 1,8 metros, cuando los españoles medían sobre 1,5 metros, como máximo 1,7 metros. Consiguieron apresar a dos de ellos, que se les murieron.

Uno de ellos de escorbuto y otro de calor a bordo del 'San Antonio', que había desertado. ¿Por qué abandonó?

La 'San Antonio' deserta y llega a España en mayo de 1521. Deserta cuando ya han encontrado el Estrecho de Magallanes, cuando ya saben que hay un paso al Pacífico. En ese momento se estaban planteando la posibilidad de seguir adelante o no, pues ya tenían problemas con la comida y las sublevaciones. La 'San Antonio' iba gobernada por Álvaro de Mezquita, pero fue Esteban Gómez, un portugués, el que captura la nave y la pilota de vuelta a España. Gómez había ofrecido antes esa misma expedición al rey de España, pero no logró convencerle. Por eso traicionó a Magallanes. Había rivalidad entre ellos.

Pigafetta dice que Gómez «odiaba» a Magallanes.

Por eso, cuando Gómez ve que han descubierto el Estrecho, con esa información precisa decide que es el momento de volver y regresar con una expedición mejor montada. Esa es su justificación, pero también deserta por otra razón: pretende pasar por la Patagonia y recoger a los dos que había abandonado Magallanes, Juan de Cartagena y Pedro Sánchez. Por supuesto, no los encuentra.

Es curiosa la doble moral de entonces. Magallanes prohíbe que vayan mujeres a bordo, pero cuando llega a las costas de Brasil se amanceban alegremente con las indias. De hecho, cambiaban hachas o cuchillos por «una o dos» mujeres que a cambio les ofrecían los indígenas.

Incluso una carta del rey de oros se cambiaba por una mujer. Están tan a gusto que llega un momento en que ni quieren moverse de ahí.

Como en el motín del 'Bounty'. Los ardores del trópico.

Estaban allí muy bien, pero sabían que era zona portuguesa y que debían salir de allí corriendo. Porque los portugueses, desde que saben que salen de España, van detrás de ellos tratando de impedir que cumplan su proyecto.

¿Es la misma razón por la que, más adelante, Elcano decide hace el trayecto desde Timor a Cádiz de una sola tirada, sin paradas en puertos, pero con parcial descanso en Cabo Verde?

Esa ruta del Índico la hace, precisamente, para evitar a los portugueses, que solían bordear mucho la costa. Elcano elude totalmente, todo lo que puede, la costa hasta llegar al cabo de Buena Esperanza.

Donde pierden el mástil de proa y rompen el palo mayor. A perro flaco...

Pues poco antes, en Mozambique, se plantearon poner fin a la expedición, de lo exhaustos que estaban.

Pese a que eso significaba que podrían ser apresados. «Antes morir que entregarse», les arenga entonces Elcano. Muy cipotudo.

De hecho, en Timor se plantean que la 'Trinidad', que junto a la 'Victoria' (la única que llegará a España) son las únicas naves que ya les quedan, haga el camino inverso para que alguno pueda contar lo que ha visto.

¿Cómo consiguen víveres en Cabo Verde, que era puerto portugués?

Deciden ocultar que llegan de las Molucas. Cuentan que vienen de América, que han roto la mesana? pero al final les descubren y dejan allí a dos de sus marinos. ¿Por qué les descubren? Hay varias teorías. La que me parece más cierta es la siguiente: llevan varias jornadas achicando agua del 'Victoria' y se plantean comprar esclavos para que fueran ellos los que hicieran ese trabajo, pues estaban exhaustos. Pero una cosa era comprar comida, que se podía cambiar con cualquier objeto o pagarla más tarde por los tratados que había entre España y Portugal, y otra comprar esclavos, pues había que pagarlos al contado. Y lo único que tenían que valiera algo eran las especias. Ahí es donde se delatan, pues solo se podían conseguir en Asia.

Elcano fue muy tozudo, o cipotudo, pues a pesar de que el barco hacía aguas, se negaba a tirar por la borda los 550 quintales de especias que llevaba en sus bodegas y lastraban al 'Victoria'.

Es lo que contábamos al principio: o estaban locos o eran unos héroes. Tenían tan cerca culminar su proyecto que llegan a decir: «Antes de caer en manos portuguesas y perder lo que traemos, morimos por nuestro rey». Así eran entonces esos señores.

Siempre adelante, aunque fuera comiendo ratas: se cotizaban caras, a medio ducado la pieza.

Llegó a ser un manjar exquisito en el barco. Como comida duradera llevaban el bizcocho, la galleta italiana, una especie de pan. Pero llegó un momento en que eran virutas deshechas por los gusanos y empapadas en orín de rata.

Que apestaban.

Llegaron a comer los cueros que protegían los palos, que previamente cocían y reblandecían en agua durante días. ¡Cómo tenían que sufrir!

Si podían masticar, claro. El escorbuto fue peor que el hambre.

Se les hinchaban las encías. Aun teniendo comida, no podían masticarla. De ahí que cuando llegan a las islas Marianas, en cuanto tienen alimento fresco se recuperan en una semana.

¿Magallanes murió en Mactán (Filipinas) porque se pasó de listo y confiado?

Siempre digo que fue, en su caso, por soberbia. No calculó bien. Incluso sus capitanes le dijeron, una y otra vez, que no bajara a tierra.