Si las participantes de la carroza ´A dream world´, de las escuelas de danza Puro Ritmo y Adrián Pineda, no eran supersticiosas, desde ayer tienen motivos para temer un martes y 13. Antes del comienzo del carnaval de Sant Antoni (en el que participaron casi 1.600 personas) las bailarinas, disfrazadas de hadas, soportaban estoicamente el frío (el termómetro marcaba 11 grados) y el viento que soplaba en la avenida Doctor Fleming, desde donde salía la rúa. La mayoría se frotaba los brazos con sus manos para darse calor porque los vestidos verdes que lucían (similares a los de Campanilla, personaje de la película Peter Pan) dejaban parte de su cuerpo al descubierto. Sin embargo, cuando comenzó a sonar la música, a las 17.30 horas, las pequeñas hadas dejaron de tiritar y una sonrisa les sirvió de abrigo... por poco tiempo. Cuando apenas habían recorrido unos 100 metros de la avenida Doctor Fleming, una avería en el motor del camión las obligó a detenerse a la altura del Banco Popular. «¡No me lo puedo creer!» o «qué mala suerte hemos tenido» son algunas frases que pronunciaron los participantes de ´A dream world´. Bastaba con mirar la cara de algunas niñas para saber que el problema era grave y que no se podría solucionar a tiempo.

Los rostros tristes de los miembros de la carroza de las escuelas de baile Puro Ritmo y Adrián Pineda contrastaban con los de la Asociación de Cartagineses y Romanos. En ´Passatjar-se-per bruixeles´ desfilaron brujas con grandes sombreros, algunas de ellas llevaban una cesta llena de plantas para sus pócimas, y arañas gigantes. Detrás de ellos iba la carroza infantil de ´Astérix a l´Urgell´, que combinó diversión con reivindicación. En algunos de los carteles de su vehículos se podía leer «Més Mestres», «ratios elevadas», «más reformas» y «centres deteriorats».

Una eclosión de sentimientos fue el tema de la Apima de la escuela Sant Rafel, que se inspiraron en el libro ´El monstruo de las emociones´: los menores de color azul simbolizaban la tristeza; los de amarillo, la alegría; los de gris, el miedo; los de verde, la calma, y los de rojo representaban la rabia. «Es la primera vez que participo en una rúa y me he disfrazado con mi hijo Vicent, que tiene cuatro años», explicó Verónica Agudo. Vicent iba disfrazado de miedo, es decir, de color gris: «A él le dan miedo la oscuridad, los ruidos y espero que nada más», bromeó Agudo.

Aparte de las escuelas de L´Urgell y de la de Sant Rafel, en la rúa también desfilaron ´Màquina del temps´; ´Volando voy´, de la Santísima Trinidad, formada por diferentes pájaros con plumas de colores y grandes picos y flamencos; la ganadora ´Chinese dragon´ de la Apima de Guillem de Montgrí, donde desfilaron dragones y gatos de la suerte y la de ´Juguerois de Can Coix´, donde se vieron regalos gigantes y muñecas a las que no hacía falta dar cuerda para que bailasen. La vitalidad de las catrinas mexicanas de ´Els cocos des Vedrà´ consiguió que el público obviara su alusión a la muerte y se llevó el primer premio en la categoría de carroza infantil. La del carrusel del colegio Sant Antoni fue de las más coloridas y festivas de la rúa. Los más pequeños se lo pasaron en grande sobre caballos, unicornios, coches y aviones.

Por último, ´Can Bonet de cine´ fue un homenaje al séptimo arte y los integrantes se vistieron de las Pink Ladies de la película ´Grease´, de animadoras, acomodadores de cine y vendedores de palomitas. Las niñas más valientes desfilaron en patines.

En la categoría de adultos, venció la de ´Sa cursa per una vivenda digna´, donde criticaron con humor el problema del alquiler que sufre Ibiza. Las comparsas y los participantes individuales también rebosaron de imaginación: el Espai Jove de Sant Antoni participó por tercer año consecutivo con la temática de la película de terror ´It´. Un grupo de amigos, ´Sanan moteros´, liderados por Bibi Sarrionandía, explicó que se lo pasan casi igual de bien preparando el disfraz que en la rúa. Otro participante, Wandi Leonardo, estaba irreconocible con su vestimenta ´Diablo cojuelo´, un personaje legendario. Su mujer se encontraba entre el público en el paseo de s´Arenal. «Yo he preferido no disfrazarme, le he dejado solo», se excusó.

Al igual que hicieron en el carnaval de Vila el pasado domingo, las escuelas de baile Capricorn y de Ape Dream Dance le dieron ritmo a una rúa que recorrió el passeig de ses Fonts y concluyó en la rotonda de entrada a Sant Antoni. En total, el Ayuntamiento repartió 9.600 euros entre los ganadores de las cinco categorías.