La artista Sarah Nechamkin (Londres, 1917) falleció ayer en Ibiza. A punto de cumplir 100 años el próximo 14 de agosto, la pintora ha muerto en su casa de Sant Rafel, dos meses después de una operación que salió bien pero tras la que se sintió cada vez más débil y sin ganas de comer. Hija a de una familia de artistas rusos instalados en Inglaterra, la artista viajó por primera vez a la la isla en 1962 y se instaló cuando conoció al que sería su marido, Jesús Ballesteros.

Rodeada de familiares y amigos, la artista deja un legado de obras de arte llenas de colorido, sensibilidad y delicadeza que se pueden inscribir en el postimpresionismo.

Sarah Nechamkim es muy conocida en Eivissa por el libro ´Nuestras aves. Birds of Ibiza´, que se reeditó en Barbary Press 2013, el mismo año en el que el Museo Puget acogió la completa exposición ´Sarah Nechamkin. Paisatges i ocells´.

La pintora, enamorada de la naturaleza y las gentes de Eivissa, deja un enorme vacío, tal y como destaca su íntimo amigo y editor Martin Davies, que también subraya el gran trabajo que hicieron sus cuidadores en los últimos años (desde noviembre de 2015 hasta la actualidad) Aglaia y Vasile Secrieru. "Han sido muy pacientes, amables, y fuertes", valora Davis.

La casa que compartieron Sarah Nechamkin y Jesús Ballesteros estaba llena de cuadros de la artista (que se mantuvo activa hasta pasados los 95 años) y de los maravillosos libros que Nechamkin ilustró a lo largo de su trayectoria, ya que el diseño gráfico y la ilustración fueron sus medios de vida. Trabajó para editoriales como Curwen Press y Penguin Books.

En la isla protagonizó varias exposiciones, en salas como la Galería Berri o el Club Diario de Ibiza.

Nechamkin presumía siempre de haber tenido grandes profesores y amigos que la alentaron a continuar con su vocación, entre ellos la prestigiosa ceramista Susan Williams-Ellis, a la que conoció en la Escuela de Bellas Artes de Chelsea y que también le ayudó a conseguir un trabajo como maestra.

Un documental de Siân Cwper cuenta su vida. La última frase del mismo resume el optimismo y la alegría de vivir que la caracterizó: "He sido muy afortunada".