Con la inauguración en abril de 2007 del museo, instalado en el caserón nobiliario de Can Comasema, en Dalt Vila, más de tres años después de terminadas las obras, se pudo ver al fin la colección pictórica de los Narcís Puget, padre e hijo, donada por este último al Estado, que lo aceptó en un Real Decreto de diciembre de 1982.

El proyecto tardó décadas en fraguar y, de hecho, transcurrieron 15 años antes de que el Gobierno recibiera la donación. Tras diversas vicisitudes y cambios de inquilino en la Moncloa, la ministra de Cultura Carmen Calvo -la segunda del primer Ejecutivo de José Luís Rodríguez Zapatero- fue quien cortó finalmente la cinta unos meses antes de cesar en el cargo. El museo pudo salir adelante tras la firma de un convenio con Vila por el cual el Gobierno asumía los costes de gestión del centro mientras que la Corporación local, que cedió el espacio para albergarlo, también se comprometió a costear el mantenimiento del edificio. Durante la década previa a la apertura del museo, la colección de los Puget estuvo custodiada en el Museo Arqueológico de Ibiza.

Forman el conjunto un total de 130 obras pictóricas, la suma de las 29 acuarelas y otros tantos dibujos de Narcís Puget Riquer (Ibiza, 1916-Barcelona, 1983), y los 42 óleos y 30 dibujos obra de su padre, Narcís Puget Viñas (Ibiza, 1874-Santa Eulària, 1960).

Mientras el padre se ocupó de retratar la vida rural de la isla en su época, el papel de la mujer en la vida familiar y los ritos y costumbres de la Ibiza de entonces, su hijo se inspiró en las calles, paisajes y personajes de la ciudad.

En cuanto al caserón, el nombre le viene por la familia Palou Comasema, que lo habitó en el siglo XIX, aunque también se la denomina Can Llaudis, familia emparentada con los anteriores, que residió en la mansión en el siglo XVIII, o también Can Francolí, cuyo blasón familiar está en algunos capiteles de las pilastras del patio del siglo XV.