La crítica se ha rendido ante el disco ´Mystery Sonatas´ de Lina Tur Bonet, que ha sido incluido entre los mejores de música clásica de 2015 en revistas de referencia como Gramophone, BBC Music Magazine, Diapason, Ritmo, Melómano o Scherzo. Esta obra tan especial de Heinrich Ignaz Franz von Biber ha consagrado a la ibicenca como una de las mejores intérpretes de violín del momento.

- ´Mystery Sonatas´ su grabación de las ´Sonatas del Rosario´ de Biber junto con su formación MUSIca ALcheMIca ha tenido una acogida espectacular. Incluso ha sido elegido como el mejor disco del año en revistas de referencia como El Cultural y en muchas otras. ¿Cómo vive todo este reconocimiento?

- Me siento feliz. Han sido por lo menos seis o siete años preparándola y tocándola antes de la grabación, que supuso a su vez un año intensísimo de trabajo. Cualquier disco exige mucho trabajo, pero este en concreto tiene muchas cosas que lo hacen excepcional: es un disco doble pensado como un proyecto multidisciplinar, grabado en Viena con un equipo de todas partes del mundo... Es una de las obras más importantes para violín, con lo que había que prepararla muy bien. Encima cada una de las quince sonatas está afinada de manera diferente, con lo cual el estudio previo es brutal. Después de tanto trabajo imagínate qué felicidad cuando te encuentras con esta respuesta. El día que vi una página entera dedicada al disco en Gramophone... ¡Imagínate!

- Ha conseguido las valoraciones más altas de la crítica...

- Y eso que a la vez que nuestra grabación han salido como otras cinco de la misma obra. Revistas de referencia han puesto la nuestra por encima de otras de gente muy famosa. Compararse es una tontería porque seguro que hay a quienes les gusten más las demás versiones. Pero estar ahí, en esa liga, es subir un escalón.

- ¿Este disco es su consagración como intérprete?

- Sí [rotundo]. Lo que hemos hecho hasta ahora estaba muy bien. Los discos iban teniendo algo de visibilidad y algún premio pero creo que ahora ha sido entrar en la liga alta porque ya nos están comparando con los más consagrados.

- Y con una obra difícil...

- Me lo decían: Mira que te metes en una obra... Ya me lo dijeron con Vivaldi: ´cuidado que te metes con Vivaldi y te van a comparar con los grandes´. Y salió bien. Y ahora me han dicho: ´cuidado que te metes con una obra con un montón de grabaciones...´ Y también está saliendo bien.

- ¿Hay que arriesgar en un mundo tan competitivo?

- Sí, aunque intento que la parte de la competitividad no entre dentro de mi filosofía. Sé que es un mundo muy competitivo pero siempre he pensado que lo nuestro no se trata de correr más rápido y que tampoco es algo que se pueda medir. Me he dado cuenta, sobre todo por los comentarios de la gente que me va siguiendo, de que lo que valoran es que seas auténtico. Eso es ser uno mismo. Intentar ser ´el mejor´ creo que ya no es hablar de música ni de arte, eso es business, y a mí el business no me interesa tanto. El público ve cuando alguien está ahí porque quiere brillar o alcanzar algo o porque lo lleva dentro, porque lo ama. Si intentas ser el mejor puede que consigas ser el mejor pero si intentas ser tú mismo es cuando eres capaz de hacer algo auténtico.

- Pero un músico está formado para alcanzar la perfección.

- La formación de un músico es muy parecida a la de los gimnastas de alta competición. No se nos permite fallar. Yo empecé tarde aunque con grandes profesores y en las mejores escuelas, pero en las mejores escuelas también ves una manera de hacer muy rígida. Hay que pasar por eso para hacerlo lo mejor posible pero también hay que saber liberarse de eso después y realmente buscar lo que tú tienes dentro. Y lo que tienes dentro es también todo lo que has ido aprendiendo y viviendo, no eres solo tú. Hay que despojarse de la obsesión y simplemente seguir amando las cosas. Mucha gente, lo he visto en compañeros, han dejado de amar su profesión porque estaban tan agobiados con hacerlo todo perfecto que al final el violín se convierte en una tortura. Es algo que ocurre muy a menudo desgraciadamente.

- ¿Y cuál es la alternativa?

- Cuando doy clases o al tocar reivindico que no dejemos nunca de tenerle mucho cariño a lo que estamos haciendo. Hacerlo con todo el conocimiento posible pero olvidándonos de la competitividad. Luego, si te sale bien, es justamente porque has sido capaz de olvidarte de eso.

- Pero llegar a una conclusión así y mantenerse firme no es nada fácil. El entorno social en el que vivimos promociona la competitividad y la velocidad.

- Recuerdo un momento clave en mi vida: fue cuando me planteé ¿por qué estoy haciendo esto?, ¿para ser la mejor? ¿para tener buenas notas? ¿para contentar a mis profesores? ¿para llegar a determinados estatus a los que hay que llegar?, o lo hago porque se me va la vida en ello, porque no sé hacer otra cosa, porque lo amo con todo el corazón. Y el día en el que me di cuenta de que era por esto último empezó a ir todo muchísimo mejor porque me liberé de muchas cosas que no sirven de nada. No digo que no haya que hacerlo muy bien, estudiar y trabajar, estar a tope, pero si al final no logras trascender eso no vas a llegar a la gente. Creo que eso funciona en todos los aspectos, no solo en la música.

- ¿Disfruta los conciertos?

- Cada día me lo paso mejor. Sería como preguntarle a un corredor si disfruta cuando está corriendo en una carrera. Hay mucho de disfrute pero también hay mucho de sacrificio. Disfruto el hecho muchísimo. Disfruto todo. Estudiar, ensayar, tocar...

- ´Mystery Sonatas´ es una serie de 15 sonatas, una por cada misterio del Rosario. Una música religiosa o al menos espiritual...

- Es una obra sacra pero también tiene una parte muy profana porque son danzas y las danzas en la época barroca eran una cosa profana. Tiene esa dualidad entre hombre y Dios. Es la historia de Cristo y de su madre María, así que tienes las dos cosas: lo religioso y lo profano, lo humano. Está perfectamente reflejado en la música. A mí me interesa mucho lo espiritual. En las notas que incluye el disco hablo de la formación jesuita de Biber, por eso se llama ´Ignaz´, Ignacio, de segundo. Los jesuitas hablan de las meditaciones de los misterios de la manera más multisensorial posible. Por eso incluí en el disco una explicación y unas fotos en las que el violín va pasando por todos los estados: le flagelan, le crucifican... quería que la gente meditase sobre cada uno de los misterios de manera multisensorial, como proponían los jesuitas. En estas sonatas el religioso verá a Cristo y a la Virgen y el no religioso se puede quedar simplemente con la música. El iniciado o el espiritual podrá entender que, creas o no en las sagradas escrituras, tengas o no una religión, todos esos procesos son procesos humanos. Todos morimos, nos flagelan, ´sudamos sangre´ porque tenemos miedo, sentimos el nacimiento, ´resucitamos´, nos elevan al cielo. Son procesos humanos, cualquier cosa religiosa tiene un trasfondo humano muy grande, sea de la religión que sea.

- Después de un proyecto tan complicado y exigente como las ´Mystery Sonatas´ ¿en qué trabaja ahora?

- En un montón de cosas. La discográfica no nos deja dar detalles del próximo disco, pero sí te puedo avanzar que me apetece aligerar un poco porque este ha sido muy intenso. Me apetece ser un poco más cool, más normal, ya no tanto rosario y tanta cosa [ríe]. Algo más profano, más mundano, más humano. Eso sí, te puedo avanzar que se va a titular ´La belleza´. Este año saldrán cuatro discos míos, uno de ellos es con MUSIca ALcheMIca.

- Las ´Sonatas del Rosario´ son una virguería. Cada una de ellas exige una afinación diferente y he leído que emplea hasta seis violines en un concierto.

- En ese sentido es una obra única. No hay otra en la historia de la música donde tú necesites eso. Lo ideal sería tener quince violines en cada concierto porque son quince afinaciones diferentes. Pero eso es un poco complicado a nivel logístico, así que uso cinco o seis violines con afinaciones diferentes y los voy ajustando para las piezas.

- La preparación previa al concierto tiene que ser frenética.

- ¡Divertidísima! [ríe] Mientras mis compañeros se van preparando yo estoy afinando uno y otro violín, pensando con cuál toco la primera y la quinta, con qué otro la segunda y la otra... En el concierto hablo entre obra y obra -que no es algo que me guste especialmente- porque, mientras, estoy cambiando la afinación para la siguiente pieza. Es un lío. Un jaleo. Al público le hace mucha gracia pero tú estás ahí sudando [ríe]. Además utilizamos cuerdas antiguas barrocas de tripa que se desafinan mucho. Y hay un tema añadido, la Scordatura [una especie de desafinación hecha a propósito] de estas piezas. Tú tocas ´sol, la, si, do´ pero escuchas ´fa, si, re, mi´. Te vuelves loco. Así durante dos horas. Es como si cuando estás tecleando en el ordenador te salieran las letras cambiadas en la pantalla.

- ¡Pero qué locura!

- Lo es, pero es muy chula. Es única en la historia de la música y por eso es tan especial. Y no por eso solo, también porque la música es muy buena.

- ¿Es una especie de excentricidad?

- Exactamente, es una excentricidad. Es una de las épocas más interesantes de la historia de la música, situada entre el barroco temprano y el barroco ya consagrado, que se llama el stylus fantasticus. Es de la segunda mitad del siglo XVII. En esa época a los compositores se les fue la pinza. Era como en los años 70, cuando los músicos tomaban drogas y componían. Pues lo mismo ¡pero no tomaban drogas! Estaban simplemente buscando nuevos límites a la música. Hay obras que parecen jazz.

- Lo que he escuchado me ha sonado muy moderno.

- Siempre he dicho que este disco le va a encantar los amantes del heavy, del punk y del rock. Es un disco que se tendría que poner en el apartado de rock. Mucha gente que adora el rock progresivo está flipando con esta obra. Gente que no ha escuchado nunca música clásica flipa con el disco. Es brutal.

- La discográfica Pan Classics tiene que estar encantada con MUSIca ALcheMIca.

- Están felices. Se está vendiendo muy bien tanto este disco como los anteriores. Además el Consell de Ibiza nos ha dado una pequeña aportación para la producción. Estamos muy agradecidos.

- He visto que presume de ibicenca por todo el mundo.

- Esa es mi intención absoluta. Todos los años en los que he vivido en el extranjero, cuando me preguntaban de dónde era y decía ´de Ibiza´ me respondían ´ah, el chunda-chunda´. Se me llevaban los demonios. Me encanta que los medios escriban ´la violinista ibicenca´. Se me llena la boca de decir que soy de aquí. Mi intención es seguir haciendo lo máximo posible por esta isla. Si los políticos fuesen conscientes del poder que tiene la música para sanar, educar, reconciliar, aliviar, para hacer bien en general a la sociedad la apoyarían muchísimo más. Si se diesen cuenta de eso en lugar de grabárnosla con el 21 por ciento y ponérnoslo más difícil... Si se entendiese algo tan sencillo, la música sería parte intrínseca de la educación, de la sociedad, del día a día. Música de todo tipo, no solo clásica. Estoy convencida de que con más música habría menos problemas sociales.