EMPRESAS

Galán llega a la Junta de Accionistas de Iberdrola con los deberes hechos

En la actualidad, la compañía es la segunda eléctrica en cotización bursátil del mundo multiplicando por siete su tamaño en los últimos veinte años hasta los 76.000 millones de euros

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. / Archivo

Redacción

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, llega a la Junta General de Accionistas del viernes con los objetivos cumplidos. Este martes presentaba resultados del primer trimestre donde la compañía alcanza unos beneficios netos de 1.485 millones a lomos de sus 10.400 millones de inversión y la mejoría en el mercado nacional y de Reino Unido.

Galán tiene al ‘conclave’ de la eléctrica vasca bajo control por lo que se da por seguro que revalidará su puesto para los próximos cuatro años. La compañía lleva unas semanas con la acción cotizando en cifras récord y tirando del Ibex. El accionista se muestra satisfecho con sus resultados, ve que su inversión tiene un retorno seguro. Pese al estancamiento de los beneficios en España ve que la expansión internacional de Iberdrola ha revertido en beneficios e inversiones en España.

Hace 20 años, cuando Galán redirigió a la compañía hacia las renovables, sus competidores hacían mofas por cómo alimentaría la generación si amanecía un día sin sol o viento. Hoy, la compañía vasca es la segunda eléctrica en cotización bursátil del mundo multiplicando por siete su tamaño en los últimos veinte años hasta los 76.000 millones de euros. Además, ha conseguido aumentar casi seis veces su beneficio operativo y por siete sus activos.

La Compañía ha convertido el Mar del Norte y las principales economías de Europa (Alemania, Reino Unido y Francia) como sus grandes clientes gracias al ‘off shore’. En el horizonte, la conquista de América inmerso en una profunda modernización de sus infraestructuras. Es decir, que se ha convertido en uno de los mercados más importantes del mundo.

Pese los problemas que ha tenido la compañía en la compra de PNM y la infraestructura que desarrollaba en Maine los asuntos parecen estar encauzados. La adquisición de la compañía estadunidense parece ya un mero trámite y los tribunales acaban de dar la razón en un contencioso local a lo de Maine. Así, se despeja de nubes el futuro para que la filial de Iberdrola, Avangrid, siga desarrollándose en EEUU.

Hoy, el Grupo Iberdrola es referencia mundial en renovables en un momento de apuesta clara por el cambio de paradigma energético obligado por la emergencia climática y la necesidad de los países de ser autosuficientes.

Es necesario echar la vista más de 20 años para explicar cómo Iberdrola es hoy el gigante energético que tenemos ante nosotros. En 2001 desembarcaba en la compañía Ignacio Sánchez Galán procedente de Airtel, hoy Vodafone. Llegó en un momento complicado porque Endesa había intentado, infructuosamente, quedarse con la eléctrica.

Entonces, la empresa tenía casi todo su negocio en España. Apoyado en sus activos y un equipo joven, apostó por invertir en generación y redes en un momento en el que España experimentaba un fuerte crecimiento y del que el sector era deficitario. Su primer plan estratégico (2002-2006) proyectaba duplicar el tamaño y los resultados de la compañía. Inspirado en los principios de la cumbre climática de Kyoto (1988), en la que se pedía la reducción de las emisiones mundiales de C02 un 7%, redireccionó la compañía hacia ese segmento energético, especialmente hacia la eólica, frente a la corriente de opinión global.

Este cambio junto a la desinversión en actividades no estratégicas y el encauzamiento de los esfuerzos empresariales a la generación, distribución y comercialización hizo que cumpliese con anticipación su plan. Su segundo paso empresarial estuvo encaminado a consolidar su apuesta por las renovables y hacer crecer a la compañía a nivel internacional.

Entre 2007 y 2008 entró en Reino Unido y EEUU, al hacerse con parte del accionariado de ScottishPower y Energy East, respectivamente. A la vez, desarrolló sus bases de México y Brasil con renovables para, más tarde, integrar la estadunidense UIL en Avangrid, mientras avanzada su expansión por Europa.

Ahora, el plan estratégico que se ha marcado hasta 2025 está encarrilado y algunos objetivos están ya ejecutados en este primer trimestre. En total, 47.000 millones de inversión. Iberdrola ha ampliado su cartera de grandes clientes gracias a que garantiza suministro eléctrico verde a precios competitivos y cerrados a largo plazo. Los principales fondos soberanos del mundo, Singapur y Noruega, comparten la estrategia de la compañía. Basta con echar un ojo a la agenda internacional de su presidente, equiparable a un ministro de Exteriores, para confirmar la buena marcha de la entidad. Por ejemplo, se ha entrevistado en las últimas fechas con los mandatarios de EEUU, Brasil o Reino Unido.

Iberdrola suministra hoy energía a cerca de 100 millones de personas en decenas de países y desarrolla su negocio renovable, de redes y comercial en Europa (España, el Reino Unido, Portugal, Francia, Alemania, Italia y Grecia), Estados Unidos, Brasil, México y Australia, y mantiene como plataformas de crecimiento mercados como Japón, Taiwán, Irlanda, Suecia y Polonia, entre otros. Presencia en una treintena de países, con más de 40.000 trabajadores de 90 nacionalidades.

Además, la empresa contribuye al desarrollo del eje del Norte español (Galicia, Asturias y País Vasco) siendo el principal comprador de los trabajos de empresas de la eólica. Es la líder mundial en energías renovables, alcanzando los 40.000 MW renovables, a cierre de 2022, y con 12.100 MW más que estarán operativos en los próximos tres años. Cuenta con 1,2 millones de kilómetros de distribución y transporte, más de 450 subestaciones y 1,6 millones de transformadores.

Hoy Iberdrola tira de la Bolsa española y es uno de los valores más sólidos en los parqués de todo el mundo. Su volumen es tal que permite una contribución al PIB de más de 37.000 millones de euros anuales y dar empleo indirecto a más de 400.000 personas en todo el mundo. Sólo el pasado año realizó compras a proveedores que superaron los 17.800 millones de euros.

Cuando se habla de beneficios, la compañía redirige el punto de mira a su carácter inversor: Iberdrola representa el 20 por ciento del total de todas las inversiones del IBEX.