Cartas a la directora | Sentencias contra comisiones obreras

María Josefa García Lago. Extrabajadora del sindicato CCOO en Ibiza

Abelardo, así se llamaba mi marido, hace un año el covid se lo llevó. Fue una persona políticamente incorrecta, siempre crítica con todo y con todos. Pero, en cambio, en cuanto alguien le pedía ayuda, ni lo pensaba y eso fue exactamente lo que hizo, ayudar a los que él, sinceramente creía, ‘la buena gente’ y dirigentes de CCOO Baleares. Le requirieron para hacer la instalación de los ordenadores en la nueva sede de Ibiza.

Y después de 4 años, la ejecutiva del sindicato tuvo la desfachatez de implicarlo en los despidos de 3 trabajadores, por acceder a los ordenadores de CCOO. Fue la oportunidad que encontraron y la disculpa que estaban buscando para cargarse a los 3 miembros del Comité de CCOO y a mí, como trabajadora. O sea que en apenas un mes se cargan a todo el comité de empresa, consiguiendo vía libre para poder negociar, por fin, un convenio con un comité más dócil.

 A tenor de lo que decían las cartas de despido, a Abelardo le denominaron, ‘persona ajena’ al sindicato, ‘Abelardo, el ajeno’, la persona a la que el secretario general de Baleares y la actual secretaria general de Ibiza, le transmitieron en persona su agradecimiento por todo el trabajo que como informático y de forma altruista estaba realizando para el sindicato.

 Así que, tras más de tres años (desde noviembre del 2019) esperando el desenlace del juicio por el despido y, por desgracia, con la tristeza de que gente muy importante en mi vida, además de mi marido, que me acompañaron en esta dura y larga espera, ya no están para celebrar este veredicto.

Al otro lado, ‘las buenas personas de la ejecutiva’, que ahora van de víctimas y ahí siguen en sus puestos, aferrados a sus sillas, con una excepción notable: la instigadora de los despidos, denunciada hace poco más de un mes por hurto de dinero del sindicato fue ‘forzada’ a dimitir, pero, ni un solo dirigente se responsabilizó de haberla nombrado como secretaria de finanzas.  

Otro dato importante es el hecho que incluso la dirección general de Madrid fue informada de las injusticias que se estaban cometiendo en Baleares, y no hubo ni un email de contestación. Espero que, ahora sí, la Ejecutiva de CCOO tome nota, porque de momento, los que vamos a pagar su incompetencia, seremos los afiliados que, al fin y al cabo, somos los que con nuestra cuota pagamos al sindicato. ¡Qué fácil es jugar con el dinero que no es de uno!

Y, como mínimo tengo el legítimo deseo de que algún responsable de CCOO, pida perdón in memoriam de Abelardo, para ellos ‘el ajeno’.

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