Invito a reflexionar a los responsables del Ib-Salut, a los sindicatos y a todos los partidos políticos de nuestra comunidad autónoma acerca de si es justo convocar una OPE en medio de la tercera ola de la pandemia de la covid-19. Preparar una OPE en condiciones normales requiere planificación, constancia, motivación, esfuerzo, dedicar muchas horas diarias al estudio durante al menos un año.

La salud mental de los profesionales sanitarios en el ejercicio de sus funciones se ha visto comprometida por la pandemia de SARS-CoV-2 como demuestran varias publicaciones. Los profesionales sanitarios manifiestan agotamiento físico y mental, miedo, trastornos emocionales, problemas de sueño, altos niveles de ansiedad, depresión, e incluso estrés postraumático, todo lo cual puede afectar el ejercicio de sus funciones profesionales, disminuyendo su capacidad de atención, comprensión y toma de decisiones.

Resulta llamativo la falta de sensibilidad del Ib-Salut al mantener la convocatoria de los exámenes de la OPE en estas condiciones adversas, apoyado al parecer por varios sindicatos, y que el único examen de concurso oposición que ha sido aplazado sea el de enfermería de urgencias en atención primaria (que obedece a la carga asistencial que ha de hacer frente este colectivo profesional según informa el Ib-Salut), lo cual me parece justo para este colectivo, pero injusto para el resto de los profesionales sanitarios que se presentan a la OPE. En mi opinión personal, todos los exámenes de las OPE deberían ser aplazados de forma indefinida.