En su respetuoso artículo ´Primogénitos´, el señor Bertazioli cita el mío ´Baal y Bes´ y aduce inferioridad de conocimientos técnicos para no discutir sobre el aborto con médicos. Quedará frustrado mi intento si dio lugar a que alguien se excluya de tratar el tema del aborto, porque pretendía precisamente lo contrario: que el aborto es una cuestión moral, porque consiste en que seres humanos deciden sobre la vida o muerte de otros seres humanos, y somos todos los que debemos aceptar responsabilidad en el tema y enfrentarlo, no desentenderse y dejarlo en manos de médicos-técnicos como si se tratara de una cuestión técnica antes que ética.

Al ser un tema moral, los técnicos están en el aborto en segundo lugar, aunque hoy se quiere, desde círculos sociales, políticos, médicos y legales, hurtar la responsabilidad de padres y madres y cargarla sobre el médico, obligándole a tomar medidas que conducen al aborto sin siquiera respetar su derecho a la objeción de conciencia.

Si cité datos técnicos en contra de las bondades del aborto, ello no debe despistar del argumento principal. Por ejemplo: se acaban de conocer los datos del estudio de un millón de embarazos en Escocia durante 26 años, que muestra que las mujeres que abortaron tienen mayor probabilidad de partos prematuros y otras complicaciones del embarazo. Hay otros 119 artículos anteriores que evidencian la asociación entre prematuridad y aborto, lo que técnicamente no lo hace recomendable. Pero si el resultado fuera el contrario, es decir, que el aborto se asociara a menos prematuridad, el aspecto ético no cambiaría: la eliminación de un ser humano seguiría constituyendo un problema ético primordial, solo secundariamente técnico y médico.

Señor Bertazioli: con el máximo respeto a la triste circunstancia familiar que describe en su escrito, sea bienvenido al debate sobre el aborto en el que como ser humano tiene todos los derechos, y el deber, de intervenir.