Después de vivir la tragedia del incendio de Benirràs y de escuchar declaraciones y acusaciones de algunas autoridades de la isla, me gustaría decir a los señores políticos que sus leyes y normativas son las únicas culpables de la magnitud del incendio. Que el inicio del fuego se debe a una imprudencia humana, seguro; pero que se quemaran tantas hectáreas es culpa del abandono que sufren los bosques protegidos por leyes mal hechas.

Gran parte de los bosques de la isla están abandonados. Para tener un bosque protegido, este bosque tiene que estar limpio: un bosque por donde los bomberos puedan entrar sin problemas y de manera rápida para controlar cualquier fuego. ¿Cómo es posible que propietarios o payeses de zonas forestales sean multados cuando quieren mantener el bosque sano o simplemente limpiar los caminos? Es ridículo, ya que desde las instituciones públicas tendrían que apoyar estas acciones y crear órganos eficaces para mantener los bosques limpios.

El domingo 22 de agosto la mala suerte llegó a Sant Joan de Labritja, pero tal como están todas las zonas protegidas de la isla, la tragedia puede repetirse en otros rincones. Si no cambian las normativas sobre lo que se llama ´zona protegida´ o ´zona verde´, entonces, por favor, cambien el nombre por el de ´zona cerrada y abandonada».