Una sirena y una estrella de mar dan la bienvenida a los pequeños a la piscina de es Viver. Son las monitoras Ester Timón y Ana García que ayer, junto con el resto de equipo, coordinaron las actividades del carnaval organizadas por el Ayuntamiento de Ibiza en las instalaciones.

La propuesta gustó mucho a usuarios y no usuarios, ya que la entrada era libre para todos los interesados. Blasa Domínguez, con su hijo Roberto y su amiga Devon, se lo estaba pasando en grande con su tutú y su sombrero de bruja mientras los pequeños saltaban por las colchonetas flotantes. «Estoy encantada con esta actividad, es algo diferente y hacen falta propuestas para niños estos días que no hay clase», valoraba. Ella es usuaria habitual de la piscina y se esperaba un aluvión de gente ayer, pero pudieron jugar cómodamente sin agobios. Sin embargo, menos de media hora después de haber comenzado la actividad ya había en la piscina más de 60 niños y niñas. Una veintena de ellos jugaban en el inflable acuático en forma de dragón, con una palmera y un pirata como obstáculos para sortear, mientras que en la piscina pequeña los pequeños se deslizaban por los toboganes y colchonetas.

La mayor parte de los niños no entraron en la piscina disfrazados «porque les pesa la tela mojada», explicaba un padre. Sí se vieron varios tutús bajo el agua y una familia al completo que se puso pequeños gorros de payaso sobre los de natación.

Los disfraces más destacados y divertidos eran los de los monitores, vestidos de cangrejo, delfín, erizo de mar y medusas, mientras controlaban la seguridad de los circuitos y juegos libres.

«Es el primer año que hacemos algo grande para el carnaval, ya que además de disfrazarnos hemos decorado la piscinas con motivos marinos», explicaba Ana García. Pececillos y medusas se podían ver por las paredes, mientras que la puerta de los vestuarios era la enorme boca de un tiburón.

La actividad no fue solo para niños. A las 20 horas estaba previsto que comenzara una sesión carnavalesca de aquagym, en la que esperaban contar con un mínimo de 50 personas, que son las que habitualmente acuden a los tres grupos activos al año de esta actividad. «Por lo que sabemos van a venir todos disfrazados, así que estará muy bien», avanzaba la 'sirenita' Ester Timón.