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Cumbre del clima

El auge del gas amenaza con acelerar aún más el calentamiento global

Los gaseductos ideados para paliar la actual crisis energética podrían disparar las emisiones de dióxido de carbono en la próxima década

Construcción de un gasoducto.

"La crisis energética se ha apoderado de la crisis climática". Esta es la sentencia con la que arranca el último informe de la plataforma 'Climate Action Tracker' en el que se alerta sobre el peligro que supone el reciente auge de la industria del gas para el planeta. Según apunta el análisis, publicado en el ecuador de la primera semana de la cumbre del clima de Sharm el-Sheikh, todos los proyectos de producción de gas natural en construcción, aprobados y propuestos entre 2021 y 2050 expondrá al planeta a un exceso de gases de efecto invernadero que, a su vez, amenaza con acelerar aún más el calentamiento global. De seguir así, alertan los expertos, los termómetros globales sobrepasarán el incremento de los 1,5 grados de media en las próximas tres décadas. 

La lucha para frenar el avance de la crisis climática ha chocado directamente con una compleja situación geopolítica marcada por las tensiones con Rusia, la guerra de Ucrania y la crisis energética que se deriva de todo ello. En este contexto, el mundo está viviendo un vertiginoso aumento de los proyectos de explotación de gas para intentar paliar sus necesidades energéticas. "Estamos siendo testigos de un gran impulso para expandir la producción y exportación de gas fósil en todo el mundo, incluida Europa, África, América del Norte, Asia y Australia. Todo esto podría causar que las emisiones globales superen niveles peligrosos", destaca Bill Hare, director ejecutivo de la plataforma 'Climate Analytics'. 

"Estamos siendo testigos de un gran impulso para expandir la producción y exportación de gas fósil en todo el mundo"

Bill Hare

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El pronóstico es el siguiente. Los actuales planes de extracción de gas podrían sumar las 500 megatoneladas en 2030. Esto supondría cinco veces más respecto a las importaciones de gas ruso a Europa en 2021 y el doble de las exportaciones mundiales de Rusia de ese año. El uso de esta ingente cantidad de combustibles fósiles podría emitir un 'extra' de dos gigatoneladas de dióxido de carbono a la atmósfera antes de que acabe la década. Esta cifra está muy por encima de los objetivos del Acuerdo de París y, en general, supera con creces el plan de reducción de emisiones que la comunidad científica reclama para esquivar la catástrofe climática

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