El hasta ahora presidente del Gobierno deja en la memoria colectiva de todos los españoles momentos curiosos y divertidos. Algunos de los discursos de Rajoy pasarán a la historia por sus expresiones y enrevesadas frases. La verborrea de Rajoy nunca ha sido su fuerte; dicen que gana a puerta cerrada y sin cámaras.

"Los chuches" de Rajoy, al criticar la subida del IVA de Zapatero o aquellos "pequeños hilitos de plastilina", durante la crisis del ´Prestige´ hicieron correr ríos de tinta en su momento.

En febrero de 2011, meses antes de llegar a ser presidente del gobierno, se pasó un largo tiempo sin responder a una pregunta en un programa de televisión. Se excusó: "Me ha pasado una cosa verdaderamente notable, que lo he escrito aquí y no entiendo mi letra".

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"Lo que nosotros hemos hecho, cosa que no hizo usted, es engañar a la gente", soltó Rajoy a Sánchez en el Parlamento en 2016. "Quiero transmitir a los españoles un mensaje de esperanza, ETA es una gran nación. España, perdón, es una gran nación", dijo en 2007 cuando era líder de la oposición, confundiendo el país con el grupo terrorista.

España "es un gran país y tiene españoles", declaró en 2015. "Es que no es lo mismo que gobierne uno que gobierne otro, no es lo mismo, dicho de otra forma, es muy distinto", fue otra de sus frases famosas. "Tenemos que fabricar máquinas"

"Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde".

El Congreso de los Diputados fue el escenario en el que Mariano Rajoy ofreció otra de sus frases para el recuerdo. "Dije que bajaría los impuestos y los estoy subiendo", manifestó.

En otra ocasión, unos meses después de la coronación de Felipe VI, Rajoy se refirió al anterior monarca como "Juan Carlos II". La cara de Jorge Moragas ante la metedura de pata del entonces presidente del gobierno fue un poema.

"Esto no es como el agua que cae del cielo, sin que se sepa exactamente por qué", lanzó en otro momento. "Un vaso es un vaso y un plato es un plato"

"¿Y la europea?". Así le respondio el expresidente al periodista Carlos Alsina cuando este le aclaró que, en el hipotético caso de que Cataluña se independizara, sus ciudadanos no perderían la nacionalidad española.

"Haré todo lo que pueda y un poco más de lo que pueda si es que eso es posible, y haré todo lo posible e incluso lo imposible si también lo imposible es posible", fue uno de sus últimos trabalenguas al frente del gobierno español, pronunciado en marzo pasado.