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Fuster dimite tras intervenir en una oposición a la que concurría su hija

Una sentencia del TSJB ha concluido que el director general del IB-Salut debía haberse inhibido

Fuster, que el lunes dará más detalles de su dimisión, posa para su última entrevista. MANU MIELNIEZUK

El director general del IB-Salut, Juli Fuster, dimitirá el próximo lunes de su cargo después de la resolución del TSJB que condenó al Govern por la intervención de Fuster en un proceso de selección de médicos anestesistas al que también se presentaba su hija.

Tras una mañana frenética en la que los socios del Govern, Més per Mallorca y Unidas Podemos, presionaban a la jefa del Ejecutivo autonómico para que buscara una salida digna para un alto cargo que, en su opinión, había vulnerado el código ético por el que se habían comprometido a regirse, el propio Fuster decidió presentar su dimisión.

Ya anteriormente, las dos principales formaciones políticas que sustentan y conforman este Govern habían planteado una disyuntiva al PSIB-PSOE: o el director general del Servei de Salut dimitía o tendría que ser fulminantemente destituido. Eso sí, ambos partidos se habrían mostrado dispuestos a respetar los «tiempos» que el PSIB necesitara para resolver la cuestión.

Y no se demoraron mucho. A primera hora de la tarde trascendió que Juli Fuster había dimitido defendiendo eso sí que su actuación había sido correcta pero que, para no dañar la imagen del IB-Salut, había decidido dar un paso al lado. Este mismo lunes dará su versión de los hechos de forma más detallada en una rueda de prensa.

El alto cargo también habría justificado su dimisión, según fuentes del Govern, para que ninguna sombra de duda ensombrezca los concursos de oposición que ha llevado a cabo y está convocando su departamento.

Tal y como trascendió ayer, la sala de lo contencioso del TSJB ha condenado al Govern por la intervención de Fuster en un proceso de selección de funcionarios en el que concurría su hija. Uno de los aspirantes al concurso oposición no fue calificado porque incumplió la obligatoriedad de no firmar el examen para que el anonimato de las pruebas impidiera cualquier trato de favor. Así que decidió reclamar al tribunal examinador que su prueba fuera calificada y participara en el proceso.

El tribunal examinador trasladó la petición del opositor a Fuster y este resolvió que no debía ser calificada cuando, según ha establecido tanto la sentencia del TSJB como marca claramente el código ético de este Govern, debía haberse inhibido.

El alto tribunal ha sido muy duro con la actuación del todavía director general al considerar que había decidido «excluir a un competidor de su hija en el procedimiento selectivo en el que ambos participaban».

El TSJB finalmente ha estimado «el derecho del recurrente a no ser excluido del procedimiento selectivo, debiendo ser calificado su examen por un Tribunal al efecto nombrado de nuevo y proseguir el procedimiento hasta su culminación conforme a Derecho».

La opinión de Anestesia HUSE

Este diario recabó la opinión de un anestesista que participó en el concurso oposición objeto de la polémica y rompió una lanza a favor de su compañera Mireia Fuster asegurando que se trataba de una «gran trabajadora, lo hace súper bien y nunca ha recibido ningún trato de favor ni se nos ha dicho a nadie del servicio que fuéramos condescendientes con ella», resumió revelando a continuación que todos los opositores que concurrieron a esa prueba tenían claro que no debían firmar el examen para evitar tratos de favor. «Tenía una numeración para que el tribunal que te evalúa no sepa quién lo hace», concluyó. Fuentes del Servei de Salut revelaron que la hija de Fuster consiguió la novena mejor puntuación de la prueba y que, por supuesto, obtuvo la plaza.

Juli Fuster es uno de los directivos de Salud de Balears más bregados. Lideró, a la órdenes de la consellera Aina Salom, el proceso de transferencia de las competencias sanitarias al archipiélago; fue director general de Planificación cuando Vicenç Thomàs dirigía la Conselleria y, tras un retorno temporal a la actividad asistencial en la Unidad Básica de salud de Badia Gran en la que tuvo como enfermera a su actual pareja, la consellera Patricia Gómez, ha dirigido el Servei de Salut desde 2015.

Al inicio de la primera legislatura del actual Govern, Fuster tuvo otro traspié al decidir «colocar» como asesor de la conselleria de Salud a razón de 42.000 euros anuales a Jordan Thomas, un joven con escasa formación que había concurrido junto al director general en la lista del PSIB-PSOE a Santanyí sin poder llegar a ser concejal pese a ir de número 3.

En una reciente entrevista a este diario, Fuster, que este año ha cumplido los 65, descartó su continuidad la próxima legislatura.

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