Con más de 500 kilómetros de costa y más de 200 playas registradas, además de las numerosas calas situadas en rincones recónditos, Mallorca es un auténtico paraíso para los amantes del mar.

Playa de Portals, en Calvià. | DM/SHUTTERSTOCK

Largos arenales para caminar junto al mar sobre fina arena, calas de roca escondidas para disfrutar de la soledad y orillas salvajes cubiertas de piedrecillas y conchas. Delicados sistemas dunares, pinares donde disfrutar de la sombra, hamacas, duchas, sombrillas y chiringuitos donde refrescarse. La variedad es el gran atractivo de la costa mallorquina. El visitantes puede elegir entre la soledad de las calas recónditas o el ambiente bullicioso de playas equipadas con todo tipo de servicios.

Cala Agulla, en el municipio de Capdepera. | DM

La bahía de Palma

A tan sólo cinco kilómetros de la capital, se encuentra la playa del Arenal que comparten los municipios de Palma y Llucmajor. Con casi 5.000 metros de longitud, y con todos los servicios, es una de las más concurridas y animadas de la isla. El municipio de Calvià, situado en la misma bahía, cuenta con más de una veintena de playas. Destacan entre muchas otras, la de Palmanova, la de Portals Vells, nudista, la de Illetes, muy bien comunicada con la capital por autobús, y el Caló des Monjo, de rocas y aislada.

El espectacular arenal de es Trenc. | DM/SHUTTERSTOCK

El encanto del norte

Entre Artà y Capdepera, al noreste de la isla, se encuentran algunas de las playas más recónditas y desconocidas. Entre ellas destacan Cala Mitjana, Cala Torta y Cala Mesquida. De esta zona también es interesante la visita a Cala Rajada, localidad costera perteneciente al municipio de Capdepera, donde se encuentran las playas de Cala Agullla, Cala Serrano y Son Moll. En el municipio de Artà también destacan las playas del Parque Natural de Llevant.

Serra de Tramuntana

La Serra de Tramuntana, Patrimonio de la Humanidad, esconde algunas de las calas más bonitas de la isla. Resalta la preciosa Cala de Deià, donde se puede comer a pie de mar. A la playa del Port de Sóller, casi circular, puede accederse en tranvía desde el pueblo. Otra visita obligada es la espectacular playa de sa Calobra, en la desembocadura del torrente de Pareis, a la que se puede acceder desde el Port de Sóller en barco, o por carretera por una impresionante carretera repleta de curvas.

Alcúdia y Pollença

Las bahías de Alcúdia y Pollença, al norte de la isla, cuentan con una treintena de playas de gran variedad paisajística. La de Formentor, un poco antes de llegar al faro, es una de las imprescindibles. Cala Sant Vicenç; bellísima, y las del Port de Pollença y Port d’Alcúdia y Aucanada también son muy recomendables. En la bahía de Alcúdia se halla además el espectacular arenal de Playa de Muro y Son Serra de Marina.

La costa de Llevant

En el oeste de la isla destacar los arenales de Cala Millor, compartido por los municipios de Sant Llorenç y Son Servera, y sa Coma. La playa de Portocristo, junto a las cuevas, y Cala Varques, de difícil acceso, se ubican en el municipio de Manacor.

Los tesoros del sur

Entre Santanyí y Campos se encuentran lugares como Cala en Tugores, Cala Santanyí, Cala Marmols, es Caragol, s’Amarador, es Carbó, es Trenc -otra ineludible y posiblemente, una de las mejores playas del mundo- y sa Ràpita.

Para finalizar este recorrido es recomendable acercarse al municipio de Llucmajor, donde Cala Pi y Cala Blava destacan, al igual que un innumerable número de pequeñas calas a las que se llega desde los increíbles acantilados de este municipio.