A medida que los padres envejecen deseamos asegurarnos de que cuidan de su salud con éxito y que hacen todo lo posible por mantenerse sanos. Las visitas frecuentes a su casa y un contacto estrecho ayudarán a ser conscientes de cómo mantienen sus rutinas cotidianas y su independencia o si hay motivos para consultar a un médico.

Según señalan desde la página web de la estadounidense Clínica Mayo, tener en cuenta las siguientes cuestiones suponen un paso significativo para poder ayudar a nuestros padres en el mantenimiento de su salud a medida que pasan los años.

1. ¿Cuidan de sí mismos?

Presta atención a la apariencia de tus padres, a la limpieza de su ropa y cómo se ocupan de sí mismos. Las dificultades para mantener las rutinas diarias, como bañarse, lavarse los dientes y otros cuidados de higiene básicos podrían indicar demencia, depresión o deterioros físicos.

También tienes que atender a cómo está su casa, si las luces funcionan bien, si encienden la calefacción o si los aseos están limpios, cualquier cambio significativo en la forma en la que tus padres realizan las tareas cotidianas en casa podría proporcionar pistas sobre su salud. Por ejemplo, las ollas quemadas podrían significar que olvidan que están cocinando alimentos. La negligencia en las tareas de la casa podría ser un signo de depresión, demencia u otras preocupaciones.

2. ¿Sufren pérdidas de memoria?

Todo el mundo olvida cosas de vez en cuando sin embargo, los problemas de memoria menores son una parte muy común del envejecimiento y a veces los efectos secundarios de la medicación o de patologías subyacentes contribuyen a la pérdida de memoria.

Existe una diferencia sin embargo entre los cambios normales en la memoria y el tipo de pérdida de memoria asociada con la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia. Tienes que observar en tus padres si los cambios de memoria se limitan a colocar en distintos sitios las gafas o a olvidar una cita ocasionalmente o bien si son cambios de memoria más preocupantes como olvidar palabras comunes al hablar, perderse en barrios familiares o ser incapaces de seguir indicaciones. Si te preocupa la pérdida de memoria de alguno de tus padres consúltalo con su médico.

3. ¿Están seguros en su casa?

Examina la casa de tus padres, fíjate en cualquier posible peligro, si tienen problemas para moverse en las zonas con menos espacio de su vivienda, si alguno de ellos se ha caído de forma reciente o si pueden leer las indicaciones en los envases de medicamentos.

4. ¿Son aún capaces de conducir sin riesgo?

La conducción en ocasiones puede ser un reto para los mayores. Si alguno de tus padres se confunde mientras está conduciendo o te preocupa su capacidad para conducir con seguridad, quizás sea el momento de que dejen de hacerlo. Para ayudar a los mayores a mantener su independencia, sugiéreles otras opciones de desplazamiento como el autobús, el metro o un taxi.

5. ¿Han perdido peso?

Perder peso de forma no deseada podría ser un signo de que algo no va bien. En el caso de los padres mayores, la pérdida de peso podría estar relacionada con muchos factores que incluyen:

* Dificultades para cocinar: tus padres podrían tener problemas para conseguir la energía suficiente para cocinar, manejar los utensilios necesarios para hacerlo o leer las etiquetas o indicaciones sobre los productos alimentarios.

* Pérdida de gusto u olfato: tus padres podrían no estar interesados en comer si la comida no sabe o huele también como antes.

* Trastornos subyacentes: a veces la pérdida de peso indica una condición subyacente grave como malnutrición, demencia, depresión o cáncer.

6. ¿Están animados?

Examina el estado de ánimo de tus padres y pregúntales cómo se sienten. Un cambio drástico en el humor o en la actitud podría ser un signo de depresión o de otros problemas de salud.

Habla con tus padres sobre sus actividades para saber si están conectados con sus amigos o si mantienen el interés en sus aficiones y otras actividades diarias, como pertenecer a organizaciones o clubes sociales. Si estás preocupado sobre el estado de ánimo de tus padres háblalo con ellos y si es necesario acompáñalos al médico. La depresión puede tratarse a cualquier edad.

7. ¿Pueden caminar bien?

Presta atención a cómo caminan tus padres. ¿Están reticentes o son incapaces para andar las distancias habituales? Quizás si padecen de artritis, ya sea de rodilla o cadera, tengan dificultades para moverse por su casa. Quizás podrías sugerirles el uso de un bastón o andador. La debilidad muscular y el dolor articular hacen difícil moverse bien. Si tus padres sienten inestabilidad al estar de pie, podrían tener un mayor riesgo de caída, una causa principal de discapacidad entre los mayores.

Los especialistas de la Clínica Mayo apuntan que una vez detectados los posibles problemas las soluciones pasan por: compartir tus preocupaciones con tus padres, promover revisiones médicas regulares, solucionar los posibles problemas de seguridad en su casa, plantear la posibilidad de una ayuda a domicilio e incluso contactar con su médico para saber cómo ayudarles.

"En ocasiones los padres no admiten que necesitan ayuda en casa y otros no se dan cuenta de que necesitan esta ayuda. Recuerda a tus padres que te preocupas por ellos y que quieres lo mejor para su salud y bienestar, tanto en la actualidad como en los meses y años siguientes", concluyen.