Tom Ford dijo de él que era el hombre con el sofá más bonito y los mejores zapatos. Su calzado, por supuesto, es de Bottega Veneta, y se reconoce por el 'intrecciato' (una forma especial para trenzar la piel), y el sofá amarillo con remaches en forma de tornillos en el que conversa con el Magazine en los cuarteles generales de la firma en Milán es tan cómodo como elegante.

Tomas Maier (Pforzheim, Alemania, 1956) es el director creativo de una firma italiana que es epítome del buen gusto y que ha protagonizado uno de los mayores ascensos de la industria de la moda gracias a Maier, que fue elegido por Tom Ford para relanzar Bottega Veneta en el 2001, cuando fue adquirida por Kering (antiguo grupo Gucci). Entre ese año y el 2011 incrementó las ventas un 800%.

Con la visión de este diseñador que iba para arquitecto, Bottega se ha convertido en campeona de la elegancia discreta: esta firma tiene por principio no mostrar logos en el exterior de sus productos.

"El logo es innecesario porque tienes que saber firmar sin firmar -explica Maier-. Tú reconoces a un buen arquitecto aunque no ponga su nombre en la fachada y reconoces a un buen diseñador por cómo está diseñado un vestido o un producto, aunque no hayas visto toda la colección. Una dama bien vestida no necesita lucir la etiqueta. Ese es el desafío, diseñar sin tener que poner la etiqueta".

Si la discreción elegante es una de las señas de Bottega Veneta, la otra es una cierta intemporalidad. "Aquí hacemos productos muy bien hechos y muy caros, por eso tienen que durar. No son productos de moda. La chaqueta que llevo (confeccionada con cuero negro) es una versión de una del 2008 que todavía está en las tiendas. Me gustan las cosas que duran porque tengo que justificarme a mí mismo la inversión, por integridad y respeto a mis clientes", explica Maier, que ahora que ya es una celebridad en el campo de la moda y los complementos se está volcando en consolidar la colección de mobiliario.

"Bottega nunca recurre a grandes estudios de arquitectura -dice-, nosotros mismos diseñamos nuestras tiendas y su mobiliario. Y yo he remodelado casas. Me gusta diseñar en papel y ver cómo se convierte en realidad. No hay diferencia con hacer un vestido". Para la línea de hogar, ha buscado productores entre las mejores marcas, como Poltrona Frau para los asientos, la ceramista KPM, fundada por Federico el Grande, o expertos sopladores de Murano.

Bottega Veneta forma también a sus artesanos. "Si no cuidas una tradición, la pierdes -explica Maier-, y en nuestra escuela enseñamos a los jóvenes a reencontrarse con las raíces".