La XVIII duquesa de Alba, una de las personalidades más importantes de la aristocracia española y del mundo, ha fallecido este jueves en su residencia sevillana del Palacio de Dueñas a los 88 años y sus cenizas serán depositadas bajo el Cristo de los Gitanos, en el altar mayor de la capilla de esta hermandad.

La capilla ardiente con los restos mortales de la XVIII duquesa de Alba ha quedado abierta en el Salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla, el más importante de la Casa Consistorial sevillana. El féretro ha sido colocado en el centro del Salón Colón cubierto con la bandera de España y el escudo de la casa de Alba.

El alcalde, Juan Ignacio Zoido, ha afirmado que la capilla ardiente estará abierta "sin hora, mientras haya sevillanos que quieran despedirse de ella o la familia lo determine" y que el funeral se celebrará mañana, viernes, en Sevilla.

Numerosos sevillanos que esperaban en la puerta del ayuntamiento desde que se conoció el fallecimiento de la duquesa, a primeras horas de la mañana, subieron a la planta primera de la Casa Consistorial, donde se ubica el Salón Colón, para darle su último adiós.

Tras el funeral, mañana, viernes, los restos de la duquesa serán incinerados y sus cenizas serán colocadas en el altar mayor de la capilla de los Gitanos, bajo el Cristo de los Gitanos, del que era muy devota.

En el ayuntamiento de Sevilla las banderas ondean a media asta y ha sido decretado un día de luto por su muerte.

Incinerada y enterrada en la iglesia de Los Gitanos

La aristócrata será incinerada y enterrada en la iglesia de Los Gitanos de Sevilla bajo el epitafio "Aquí yace Cayetana, que vivió como sintió". Así lo escribió en 2011 en un libro de memorias, en una frase que resume una existencia en el que su lema fue "vive y deja vivir".

Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva permanecía desde el pasado martes en su residencia después de pasar dos días en la UCI del Hospital Quirón Sagrado Corazón de Sevilla aquejada de una neumonía que le causó una pequeña arritmia cardiaca y que sufrió inmediatamente después de haber padecido una gastroenteritis.

Las últimas horas de su vida, Cayetana de Alba ha estado rodeada de sus seis hijos y de su marido, Alfonso Díez, y durante los tres días en los que ha permanecido en Las Dueñas se ha producido un rosario de visitas de amigos quienes probablemente sabedores de que que sería una de las últimas veces que la vieran con vida.

Una vez que su cadáver sea incinerado, parte de sus cenizas serán depositadas bajo el Cristo de los Gitanos, en el altar mayor de la capilla de esta hermandad de Sevilla, de la que era muy fervorosa, y cuyo templo, cercano al palacio de la Dueñas, fue financiado por la duquesa fallecida.

La otra parte de las cenizas serán ubicada en el panteón que la familia Alba tiene en cementerio de Loeches (Madrid), según ha desvelado Carmen Tello, la esposa del torero Curro Romero, y una de las mejores amigas de la fallecida.

A partir de mediodía se instalará en el Salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla la capilla ardiente de la duquesa, según ha anunciado el alcalde, Juan Ignacio Zoido, quien ha añadido que el pueblo sevillano la despedirá "con muestras de cariño y respeto", algo que se ha evidenciado con la llegada del féretro al consistorio.

El féretro será recubierto con la bandera de España y la del ducado de Alba, según fuentes cercanas a la familia.

El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, que ha trasladado sus condolencias a la familia de la duquesa de Alba le ha ofrecido la posibilidad de que la Catedral sevillana acoja la celebración de las exequias bajo la presidencia del cardenal Carlos Amigo Vallejo.

Juan José Asenjo ha anunciado que acudirá a la capilla ardiente, que se instalará en el Ayuntamiento de Sevilla, "para rezar un responso por su eterno descanso, al tiempo que "se ofrece para presidir el funeral de novenario, a celebrar en el templo que la familia determine".

Las reacciones de condolencia no se han hecho esperar desde que se conoció el fallecimiento de la aristócrata, entre ellas las del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien ha destacado su labor en favor de la custodia y enriquecimiento de un patrimonio histórico-artístico "imprescindible para comprender el desarrollo de la historia de España y de Europa".

También la presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha trasladado el pésame a la familia de la duquesa de Alba y ha resaltado que ha sido una persona "con un carácter fuerte y una personalidad ligada a las costumbres" de la comunidad, que siempre "vivió como quiso vivir".

La aristócrata más conocida

La duquesa de Alba es la aristócrata más conocida de España

La duquesa de Alba es la aristócrata más conocida de España y pertenecía a una familia que extiende sus raíces desde los nobles castellanos de la Edad Media hasta la reina María Estuardo de Escocia.

Cayetana de Alba, la mujer con más títulos nobiliarios, la aristócrata por antonomasia y probablemente la persona con la sangre "más azul" del mundo, ha estado muy ligada a Sevilla, ciudad a la que siempre llevó como un emblema, como una divisa, como un título del que presumió tanto como de los que heredó de su padre.

El reparto de su herencia, valorada en unos 3.000 millones de euros, ya está firmada ante notario, y en ella su esposo, Alfonso Díez, de 64 años y que inició la relación con ella en 2008, firmó en febrero de 2011 sus capitulaciones matrimoniales, un total de quince cláusulas por las que renunciaba a "cualquier título, derecho u honores que le pudiera corresponder fruto de su matrimonio".