La paralización por parte del Ayuntamiento de la apertura del primer hotel enfocado al sadomasoquismo de España, enclavado en el municipio castellonense de Vilafranca del Cid, ha desatado una oleada de mensajes de apoyo a sus promotores a través de las redes sociales.

La instalación del hotel temático en esta población de 2.500 habitantes sigue generando debate entre los vecinos, que insisten en que el cierre se debe a la falta de licencia y expresan su malestar "por la imagen retrógrada que se está dando de Vilafranca".

Los impulsores de El Castillo de Roissy, el primer hotel de temática BDSM de España, habían organizado para este viernes la fiesta de inauguración, pero la han suspendido después de que el Consistorio ordenara el pasado lunes el cierre del establecimiento -que sí funciona ya como bar y restaurante- por falta de la documentación para cambiar la titularidad del negocio y de licencia.

El alcalde, Óscar Tena (PSPV), explicaba ayer a EFE que la primera planta, donde se ubican las habitaciones, está inoperativa desde hace siete años por no cumplir con la normativa de seguridad.

No obstante, el perfil del hotel en la red social Facebook muestra fotografías de algunas de las habitaciones completamente reformadas.

La fiesta de inauguración se mantiene todavía en el apartado de "Próximos Eventos" del perfil que El Castillo de Roissy tiene en esta red social, con 75 invitados, aunque la cita comparte espacio con la carta que emitieron el mismo lunes los responsables del hotel comunicando su suspensión.

La publicación ha recibido en pocas horas decenas de mensajes de apoyo, que atribuyen la decisión municipal a una cuestión de prejuicios: "Abajo las mentes cerradas y retrógradas, espero que se imponga la libertad y que permitan su apertura", recoge uno de los comentarios.

"Qué lástima que no dejen abrir por mentes completamente cerradas que seguramente no saben de qué va este mundo. Una pena la verdad", señala otro de los mensajes recibidos.

Otros de los seguidores de la página esperan que quienes han paralizado el proyecto "acaben entrando en razón" e instan a que "prevalezca la cordura y que, ante un proyecto serio y consistente, finalmente todo quede en anécdota" y puedan "seguir adelante".

Apenas 48 horas después de que el anuncio del proyecto llegara a oídos de la población, el debate sigue vivo en la calle "y dará para días", reconoce uno de los trabajadores del restaurante l'Escudella de Vilafranca, que prefiere mantener el anonimato.

Asegura que por los comentarios de los clientes del local, los vecinos están molestos por la imagen que se está proyectando de ellos: "Están tratando a Vilafranca como una población retrógrada y eso no es así, tenemos la mente abierta".

"Si el local está en regla, si está legalizado, como se le exige a cualquier otro negocio, no hay problema; no nos parece mal que abra, al contrario, cada uno es libre de hacer lo que quiera, ¿me explico?; creo que es la opinión de la mayoría. Nadie piensa que sea algo mal visto", ha indicado a EFE.

Reconoce no saber quién está detrás del hotel -al parecer es un empresario de Lérida, según fuentes municipales-, "pero eso no importa; que lo lleve bien y punto".

Otros vecinos empiezan a estar cansados ya de la polémica y de que su pueblo esté en boca de muchos y optan por el silencio.

Es el caso de uno de los responsables del albergue de turismo rural La Parreta: "No voy a valorar el tema, porque cuanto más se hable de ello más se alargará; es una cuestión administrativa y no hace falta darle tanto bombo", sentencia.