Los originales colores con los que Giotto pintó los frescos de la Basílica San Francisco de Asís, reducidos a miles de fragmentos tras el terremoto de 1997, reviven gracias a las nuevas tecnologías en una exposición que compara su estado actual con cómo la mano del pintor los concebió en el Siglo XIII. Mientras se espera -aún no hay fecha- a que se completen las obras de restauración, los frescos de las bóvedas de la basílica superior e inferior de Asís, en los que Giotto narró con su pincel la vida de San Francisco, cobran vida en la exposición ´Giotto como era´. El terremoto de 1997 hizo añicos dos de las bóvedas de la Basílica de San Francisco de Asís decoradas con los frescos de Giotto y se corrió el riesgo de perder para siempre una de las obras de arte más valiosas de la historia.